Tenemos nueva consellera de Turismo en el Govern. El anterior, Biel Barceló, nacionalista mallorquín (eso de que nuestra principal industria económica esté en manos de un nacionalista de otra isla no me acaba de cuadrar...) se ha tenido que ir ´por patas´ después de su enésimo error de cálculo: aceptar una invitación ´gratis total´ al Caribe de una empresa turística. ¿Acaso es tan torpe que no fue capaz de advertir el evidente conflicto de intereses? En fin, ´cosas veredes, Sancho´ (frase que al parecer no consta en El Quijote, por cierto). Ahora, gracias a esos giros tan caprichosos y poco prácticos para los ciudadanos que exige la política de pactos, nos toca de nuevo otra responsable del turismo balear, Bel Busquets, de Més per Mallorca y con nociones de turismo básicas, por cierto. Esto de los nacionalismos tiene un peligro de cuidado (todos, sin excepción). Sólo hay que revisar lo que pasó el siglo pasado, y el anterior, y el otro... El término es excluyente, poco solidario e incluso supremacista. Volviendo al turismo, me da que poco podemos esperar de una conselleria dirigida por alguien que considera que Mallorca debe recibir más que el resto de las islas, a tenor del nombre del partido que le ha puesto en el cargo. Ojalá me equivoque. Aunque ahora que lo pienso, tampoco dieron demasiado de sí los anteriores consellers del PP y el PSOE en materia turística. Esto es un sinvivir...