En el año 2009, la Mesa de Exclusión Social de Ibiza -órgano integrado por representantes de Ayuntamientos, Consell y Cáritas- llegaron al acuerdo de construir en es Gorg un gran centro con dos módulos claramente diferenciados (albergue y centro de baja exigencia) que unificaría la atención a las personas necesitadas.

Ahora, unilateralmente, el equipo de gobierno PSOE-Guanyem del Ayuntamiento de Ibiza, promueve dos lugares distintos: en es Gorg un centro de baja exigencia y en el antiguo retén de la policía local, un albergue.

Este nuevo emplazamiento es fruto de la «moda» barcelonesa de sacar del extrarradio los centros sociales e integrarlos en la ciudad. Sea dicho de paso, que se ha seleccionado el lugar, únicamente porque el edificio del exretén de la Policía se encuentra vacío. O dicho de otro modo: se ha elegido por razones políticas y populistas, sin razonamiento urbanístico alguno y sin tener en cuenta que se ubica junto a colegios e institutos.

En relación a los futuros usuarios del mismo, es importante aclarar varias cuestiones que no han mencionado los promotores de tan iluminada idea. Estos son, principalmente en su mayoría, personas que presentan una problemática psicosocial, en varios casos, con conductas agresivas y relación con las drogas y/o alcohol. Personas a las que evidentemente hay que ayudar, pero que presentan un conflictivo perfil de convivencia con su entorno (lo miren como lo miren y lo llamen como lo llamen). Prueba de ello es el actual albergue y sus alrededores. Pregunten, pregunten€

Es importante resaltar que esta instalación prestará servicio de alojamiento a treinta personas, pero que algunas, al no poder quedarse a dormir por llegar tarde o en malas condiciones, o sencillamente, estar totalmente ocupado, pueden acabar pernoctando, defecando y/o orinando en los portales adyacentes, problemática que ya sucede actualmente en es Pratet.

Revisando la memoria de Bienestar Social de 2012 en la web municipal, podemos vislumbrar los datos relativos al alojamiento y a servicios tan importantes e imprescindibles como son las duchas (3.342 usuarios) y lavandería (1.410 usuarios). Estos datos, que probablemente aumentarán de forma sensible por el efecto llamada, son fundamentales para comprender la importancia de situar un albergue en un barrio comercial y residencial.

Ante las lógicas críticas de un vecindario que no quiere afrontar una posible degradación de su entorno, el gran argumento de Guanyem es insultar, llamando insolidarios a quienes, y me incluyo, entendemos que no es el lugar adecuado para un albergue. ¿Entonces, también son insolidarios los miembros de la Mesa de Exclusión Social, que durante años optaron por ubicarlo en es Gorg? Pues parece que sí, según Guanyem.

Francamente cuesta entender que sean tan «solidarios» con los bienes de los demás y luego contraten nuevos cargos de confianza, a razón de 40.000 euros al año, para hacer publicidad de sus escasos logros municipales. ¿No tienen ningún otro destino mejor para ese dinero? No, es lo que tiene populismo demagógico.

Es curioso constatar cómo este mismo partido que tanto alardea de consultas ciudadanas y asambleas, no es capaz de cumplir una cuestión tan básica de su propio programa electoral del que ahora reniegan, como es «que ninguna decisión o inversión importante pueda ser tomada sin la aprobación previa de los habitantes de la zona afectada». ¿Ahora no cuenta la participación ciudadana? No, ahora no.

Algunos consideramos que para aportar información sobre el tema y no solo las adulteradas y edulcoradas explicaciones por parte de Guanyem, sobre los efectos como «los usuarios del albergue consumirán en el barrio», falta un informe que explique claramente el funcionamiento, tipología, casuística del albergue y los posibles efectos socioeconómicos en la zona. ¿Variará el valor de las viviendas, la facturación de los negocios o la calidad de vida?

Un gran centro en es Gorg, con dos zonas claramente diferenciadas por usuarios, es una solución solidaria, con unos efectos minimizados y que no perjudica a nadie. Y por ende, permitiría construir en el antiguo retén de la policía local, una necesaria escuela de formación para instruir a nuestra ciudadanía en una, cada vez, más exigente sociedad.

Que nadie tenga dudas, los nocivos efectos de las actuaciones de estos concejales se dejarán notar años y años€