Sensaciones. Sabores. Texturas. Aromas. Colores. Son muchos los ingredientes que conforman la experiencia gastronómica que viven los comensales, cada noche, en el restaurante La Gaia. Situado en el lujoso Ibiza Gran Hotel, en un escenario mágico en el que todo está medido al detalle, este establecimiento es sinónimo de placer, pasión y, sobre todo, experiencia.

La Gaia está ubicado en el Ibiza Gran Hotel. | FOTOS: IBIZA GRAN HOTEL

Óscar Molina es el responsable de todo lo que ocurre en La Gaia a nivel gastronómico. Desde su apertura en 2008, el restaurante ha ido evolucionando de forma muy natural. «Empezamos haciendo sushi en este espacio, que originariamente era un bar. Al año siguiente añadimos ceviches y, viendo el éxito que iba teniendo nuestra propuesta, avanzamos hacia un estilo nikkei», expresa el chef ejecutivo de Ibiza Gran Hotel. Hoy, La Gaia es uno de los puntos gastronómicos más apreciados por aquellos que realmente sienten pasión por la cocina.

Presentación, sabor y un trato exquisito en el restaurante. |

‘Mediterranean kaiseki’

Esta temporada, el estilo que impera en el restaurante es el acuñado mediterranean kaiseki: como un guiño a la ceremonia kaiseki, sin olvidar las materias primas de calidad de la isla. Se trata de una fusión de la técnica japonesa, el producto de kilómetro cero y el valor absoluto a la puesta en escena, todo un ritual en La Gaia.

Cada noche, un reto

En La Gaia, cada noche se presenta como un reto. Especialmente en las primeras semanas tras la presentación del menú (a estas alturas ya superadas). «Como consecuencia del camino hemos logrado dos soles Repsol, pero el verdadero reconocimiento es que los clientes se sorprendan cada noche y se vayan satisfechos», comenta Óscar Molina.

El chef asegura que, para él, su trabajo es «una forma de hacer arte, de expresarse». Por ello, una vez finalizada su obra, a la que dedica mucho tiempo y esfuerzo, debe esperar a ver cuál es la reacción de su público. «En ese momento, en esos primeros días, me siento muy desnudo. Hasta que todo se va consolidando y ya empiezo a disfrutar».

Y precisamente en esas está ahora mismo, ya superado (y con nota) el mes de julio, con ganas de seguir mostrando su pasión al mundo desde su cocina de La Gaia. «Me siento más vivo que nunca. Hemos cambiado el rol: antes hacíamos cosas para los clientes; ahora los clientes vienen a ver lo que hacemos». Ese es el auténtico premio.