Carlos Saura ha dedicado parte de su obra a abordar el drama de la Guerra Civil y ahora lo ha hecho de nuevo con el cortometraje 'Rosa Rosae'. Cree que la contienda española "no ha sido tratada convenientemente en el cine, o muy poquito", ha asegurado en San Sebastián.

El realizador aragonés ha tomado tanto el título como la canción de José Antonio Labordeta para acompañar este trabajo que se proyecta este viernes tras la gala inaugural del certamen donostiarra, antes del pase de la primera película a concurso, 'Un segundo', del chino Zhang Yimou.

Saura, que el próximo enero cumplirá 90 años, ha llegado a San Sebastián junto a su hija Anna, productora de esta pequeña pieza de seis minutos que su padre dedica a los niños de la guerra, como lo fueron él y el propio Labordeta, hacia el que siente "una identificación muy grande".

Ante la mirada de un niño, se suceden en este corto dibujos y fotografías en blanco y negro, que imprime y manipula para crear esta historia que busca ser el reflejo del horror que es vivir una guerra.

"Lo que me da miedo siempre es que eso se pueda reproducir algún día en España, por los conflictos que hay entre los partidos y la violencia que hay oralmente", dice el cineasta en un encuentro con un reducido grupo de periodistas.

Es un temor que ya ha expresado otras veces. "Es inevitable, los recuerdos de la guerra repercuten en mi vida, es que es imposible olvidarlos".

Saura está trabajando en un proyecto sobre los orígenes del arte con el paleontólogo Juan Luis Arsuaga y el pintor y fotógrafo Pedro Saura. "Veo que el hombre no ha parado de guerrear entre sí. La violencia en el ser humano es innata", señala.

Lo que no cree es que España sea un país "más cainita" que otros. "Eso lo dijo Unamuno, yo no creo en esas grandes palabras, sobre todo bíblicas, me dan mucho miedo".

"Pero es verdad -añade- que hay un germen ahí, en la confrontación ideológica, y en vez de resolver los problemas como haría una persona civilizada, dialogando y llegando a unos entendimientos cordiales, pues no se llega, se llega a una agresividad casi animalesca", lamenta.

Ha rehusado comentar, porque se pone "muy nervioso", la polémica surgida tras la afirmación de la diputada de Vox Mireia Borràs de que Federico García Lorca, de vivir, votaría a este partido porque el poeta "amaba España".

"Estoy trabajando sobre Lorca ahora y ya me contarás. Era un humanista, un tipo generoso, carismático. Es como una especie de paradigma de lo que fue la Guerra Civil", ha apostillado.

A Saura no le gusta ver sus películas, lo hace porque le obligan, entre otros su hija Anna, que es ahora su "agente". Pero sí ve el trabajo ajeno, dos películas diarias, incluso las que no le parecen buenas.

"Veo todo lo que puedo. Lo que aprendo es lo que no quiero hacer yo", bromea, aunque afirma que no sufre con el mal cine, que lo que le hace sufrir es la publicidad cuando interrumpe la emisión de un filme.

Piensa que este es "el momento de las plataformas" y que estas lo que quieren son "productos prácticos y comestibles". Las televisiones le han dicho "no" a un proyecto sobre Felipe II y otro para hacer una continuación de su película "Elisa, vida mía".

En San Sebastián será recibido como un grande del cine español. "A veces me dicen que soy un genio. Sé que soy un ser afortunado porque he hecho casi 50 películas y casi todas son las que yo quería hacer", ha subrayado.