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Entrevista Rafael Adobas Bayog Flautista

El flautista de Ibiza Rafael Adobas: «Me llena más tocar en Sant Antoni que el concierto que ofrecí en el Carnegie Hall»

El joven y talentoso músico ofrece en la isla una clase magistral y varios conciertos, entre ellos el programado mañana en la parroquia ‘portmanyina’

Rafael Adobas, ayer en la sede de Diario de Ibiza. VICENT MARÍ

Este año está siendo muy especial para Rafael Adobas Bayog (Ibiza, 1997), que a finales de marzo se alzó con el primer premio del prestigioso concurso Kobe International Flute Competition de Japón y que no mucho después después viajó a Nueva York para tocar en el mítico Carnegie Hall. Pocas cosas más puede pedir al 2022 el joven y talentoso músico de origen filipino, bueno, sí, despedir el año con un concierto en su pueblo, Sant Antoni, con la compañía de familiares, amigos y profesores, aquellos, que, junto a sus padres, le inculcaron los valores que le están haciendo triunfar como flautista en el mundo entero.

¿Qué significa para usted haber ganado siendo tan joven el concurso más importante del mundo de flauta?

Es una confirmación de que lo estoy haciendo bien, de que voy por buen camino. A veces uno se esfuerza y pone voluntad, pero el universo no es recíproco. Los artistas en general estamos acostumbrados a los rechazos. Si te soy sincero en este mundo del arte, hay más noes que síes, en mi caso también. A este certamen me presenté sin pensarlo dos veces porque creo que concursar es una de las cosas que toca a esta edad. Cuando me enteré que había quedado primero fue una locura, no me lo creía.

Este año también debutó en el Carnegie Hall de Nueva York con el apoyo de Siemens Arts Program. ¿Cómo fue la experiencia de tocar en una de las salas de conciertos más emblemáticas de Estados Unidos?

No tuve tiempo de procesarla. Justo una semana antes me habían otorgado el primer premio en el Kobe International Flute Competition. Aquel fue mi primer viaje a Estados Unidos. El evento en el Carnegie Hall era privado, para celebrar el aniversario de Siemens. Acudieron un centenar de personas, entre ellas, el cónsul general de Filipinas. Fue increíble. Tuve la oportunidad de tocar 40 minutos como solista acompañado del piano e interpreté una composición propia, ‘Music is life’.

En estos momentos se está formando en Múnich, en Alemania. ¿Qué tiene que envidiar España de países como éste en lo que se refiere a la música?

En lo que se refiere a formación musical yo diría que son los países del centro de Europa los que tienen mucho que envidiar de España en cuanto a lo que es el sistema. En Alemania no tienen grado elemental o medio, toda la enseñanza es a base de clases particulares y en las escuelas de música no hay clases de solfeo. El sistema de formación musical en España es mucho más completo. Lo que sí es verdad es que en los países centroeuropeos la cultura se aprecia de forma diferente, la gente va a los conciertos, se respeta a los artistas y el gobierno invierte en nosotros. La inversión en cultura en general es superior y, además, hay mucho mecenazgo.

«Le debo mucho al Conservatorio de Ibiza por los valores que me ha inculcado»

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¿Le marcó su paso por el Conservatorio de Ibiza, donde se formó hasta los 18 años?

Al Conservatorio de Múnich van los mejores músicos, pero yo partía con ventaja en cuanto a conocimientos y eso en parte se lo tengo que agradecer al Conservatorio de Ibiza. Le debo mucho a la paciencia y el buen hacer de sus profesores y a los valores que me inculcaron, como la disciplina y el esfuerzo. Tuve suerte con mis mentores. En Ibiza tuve a Joana Moragues, que siempre me animó mucho a concursar e ir a clases en Mallorca con Vicens Prats, que luego fue mi profesor en la Esmuc (Escuela Superior de Música de Cataluña).

Precisamente el pasado 20 de diciembre impartió una clase magistral en Cas Serres al alumnado de flauta. ¿Qué impresión se llevó?

Tuve una impresión positiva. Noté que estaban ilusionados y con ganas de aprender y tener nuevos estímulos de fuera. Quiero animar desde aquí a que se sigan haciendo iniciativas como ésta, traer gente de fuera joven con la que se puedan sentir identificados. Ibiza es una isla y no todo el mundo tiene la motivación o los medios para salir a formarse fuera, por eso los centros tienen que apoyar al alumnado organizando, cursos, charlas, conferencias...

¿Qué consejos les dio a estos jóvenes estudiantes?

Hice hincapié en la importancia de preguntar qué queremos comunicar al público, qué emoción queremos transmitir a través de nuestra interpretación. No hay que olvidar tampoco el motivo por el que hemos empezado a tocar y la razón por la que seguimos en ello. En mi caso ha sido el hecho de disfrutar, de pasármelo bien tocando.

En su opinión, ¿qué puntos fuertes y qué puntos flacos tiene la isla en lo que respecta a la música?

Uno de los puntos fuertes es que la gente de Ibiza es creativa y eso se debe, entre otras cosas, a que la isla es un punto geográfico en el que confluyen muchas culturas a lo largo del año y eso ofrece muchos estímulos. En eso Ibiza gana y yo lo he sabido aprovechar a mi favor. Pero al mismo tiempo, al haber tanta variedad y opciones en cuanto a oferta musical creo que hay más superficialidad y que falta ambición y compromiso. No hay afán de superación. En cuanto a infraestructuras musicales lo veo bien. Lo que falta es actitud, y no me refiero a la de los hijos, sino a la de los padres. Puede haber talento, pero si en casa no se inculcan el respeto, la disciplina y la constancia, los profesores poco pueden hacer. Sin esos valores no se puede llegar lejos en la música. Se tienen que tener modelos a seguir.

Concluye su estancia en Ibiza con un concierto este jueves (mañana) a las 19.30 horas en la iglesia de Sant Antoni. Es de allí, así que me figuro que será algo especial...

Para mí, de todos los conciertos que he ofrecido este año, incluido el de Carnegie Hall, éste es el más especial. Que la de Sant Antoni sea mi última actuación de 2022, después, entre otras cosas, de haber ganado el premio en Japón y haber actuado, entre otros muchos lugares, en Nueva York, me hace sentir realizado. He tocado en muchos sitios, pero allí no conocen a Rafael Adobas como persona. Sin embargo aquí van a estar familia, amigos y profesores, que van a ver por fin lo que estoy haciendo fuera.

¿Qué ha preparado para la ocasión?

No tengo el repertorio cerrado todavía. Lo que sí puedo decir es que habrá mucho folclore ibicenco, filipino y español.

¿Qué proyectos tiene en vista?

Tengo gira en febrero por Japón, estaré en Kobe y en Tokio. Quiero seguir tocando y componiendo y seguir acercándome al público de la manera más honesta.

¿Esa es su máxima aspiración como artista?

Sí, no pido más que seguir haciendo música de todas las maneras posibles y, sobre todo, enseñar. Esa es mi máxima aspiración en un futuro, pero no ahora, porque todavía tengo mucho que decir y facetas por descubrir.

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