En la plaza de la Constitució, en el barrio de la Marina, comienza a concentrarse gente cuando todavía falta una hora para que empiece el espectáculo inaugural de la vigesimotercera edición de Eivissa Medieval. Tras un 2020 sin celebración y un 2021 con feria en formato reducido, se nota que los isleños echaban de menos celebrar con normalidad que Ibiza es Patrimonio de la Humanidad desde 1999.
«Ya teníamos ganas de una feria medieval como las de antes. Da gusto ver las calles de la Marina y Dalt Vila tan animadas, ojalá fuera así siempre», comenta Carlota Canales, que va acompañada de su pareja, Marc Enríquez y sus hijos de uno y tres años.
El público, se va apelotonando frente al Portal de ses Taules. Ya no hay obligación de guardar distancias de seguridad y pueden más las ganas de disfrutar bien de cerca el evento que el miedo al coronavirus. De hecho, se ven muy pocas mascarillas y casi todas las llevan personas mayores. Maria Planells es una de las que ha preferido ser precavida y ha salido de casa con una FFP2 porque todavía, dice, le tiene respeto al covid. Por lo general, comenta, «huye de las aglomeraciones», pero tenía tantas ganas de ver el acto inaugural que esta vez no le ha importado arriesgarse.
Quedan ya pocos minutos para que comience el evento, del que se encarga La Fragua de Vulcano, que forma parte de A.M.B, una empresa valenciana que desde 2015 ha participado en casi todas las ediciones de la feria medieval de Vila. ‘La ciudad de fantasía’ es el título del espectáculo que ha creado para la ocasión. Como explica una integrante de A.M.B, la historia que se va a representar es «una metáfora del covid», en la que participan cerca de 60 personas de una decena de grupos de animación procedentes de diferentes lugares de la península, además de Portugal, Francia e Italia. Si en ediciones anteriores habían formado parte del evento inaugural varios intérpretes de Ibiza, en este caso solo hay uno, Ramón Taboada, actor y director de la compañía de teatro Arts i Oficis, que, como en 2019, va a ser el narrador de este relato fantástico.
El espectáculo da comienzo, casi puntual, en cuanto llegan al Mercat Vell las autoridades. En la nutrida comitiva, que acaba de recorrer los puestos de artesanía local de la calle Antoni Palau, se encuentran la presidenta del Govern, Francina Armengol, el conseller balear de Movilidad y Vivienda, Josep Marí Ribas Agustinet, el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, y el alcalde de Vila, Rafa Ruiz. Contemplan el acto desde una tarima. A su alrededor hay centenares de residentes y también muchos turistas, entre ellos algunos del enorme crucero que está atracado en es Botafoc. En total, en la plaza se concentran en ese momento unas 700 personas, según los cálculos del Ayuntamiento de Ibiza.
La música anuncia el inicio del espectáculo. Taboada comienza a relatar, en catalán, la historia de una ciudad que lleva dos años cerrada a cal y canto por culpa de una pandemia, la peste. Los Sandlakis, guardianes del color y del tiempo, vigilan que sus puertas, custodiadas por tres impresionantes dragones, permanezcan cerradas. Cuando estas criaturas legendarias aparecen en escena el público las contempla impresionado hasta que el humo que echan por sus fauces resta, durante algunos segundos, visibilidad a los asistentes y obliga a más de uno a cubrirse la nariz con un pañuelo. Aguerridos soldados se enfrentan a los dragones en una batalla encarnizada, pero no consiguen vencerlos. Recurren entonces a la protección de la diosa Tanit y a una bruja, que hierve en un caldero flor de romero y hace un conjuro con el que consigue hechizar a las criaturas mitológicas y que se rindan a sus pies. Se abren entonces, por fin, las puertas de la ciudad de la fantasía y el color, la ilusión y la alegría vuelven a reinar en Ibiza. Se escuchan aplausos y bravos entre los asistentes, además del sonido de los petardos, a modo de cañonazos, que provocan más de un respingo.
Da comienzo entonces la fiesta en el Portal de ses Taules que inauguran los abanderados de Tortosa, deleitando al público con sus lanzamientos de banderas.
Los asistentes se va animando cada vez más con el sonido de las gaitas y los tambores de todos los grupos de música que van desfilando por el Portal de ses Taules, como Treefolk, Os Fillos d’o Sobrarbe o Gaelog.
La celebración prosigue con la danza del grupo francés Kervan y los bailes orientales de Upsala. En esta inauguración también hay espacio para increíbles seres fantásticos y para las acrobacias y el humor de los simpáticos duendes del grupo portugués Somnium, que arrancan las sonrisas de los más pequeños.
Los músicos de Rota Temporis se encargan de clausurar el evento, que se prolonga durante aproximadamente media hora.
El público parece satisfecho. «Ha sido espectacular. Me ha gustado mucho la puesta en escena y los dragones», asegura Isabel Alfonso, que ha podido presenciar el espectáculo en primera fila junto a su sobrina Elena. Se ha desplazado desde Sant Jordi a Ibiza expresamente para estar en la inauguración. También lo han hecho Taquia Gómez y su hija Carlota, en este caso desde Sant Agustí. Son unas forofas de Eivissa Medieval y piensan visitar la feria todos los días. La inauguración, dicen, les ha encantado, solo les ha sobrado «un poco de humo».
