Sant Joan tampoco se libra del fenómeno de las caravanas, aunque con unas características bien diferentes de las aglomeraciones de vehículos habitados por trabajadores que se reparten en las zonas periurbanas del resto de la isla. En su caso, el problema se concentra de manera individualizada y en las zonas forestales del municipio, un fenómeno que genera cada vez más preocupación entre las autoridades municipales por los riesgos que conlleva.
«Estamos muy preocupados por el peligro de incendio que suponen estos vehículos en los bosques, porque van de un sitio a otro, escondiéndose, y es difícil controlarlos», advirtió ayer el jefe de la Policía Local, Marcos Marí Escandell.
El año pasado, los agentes de este cuerpo desmantelaron un asentamiento de seis caravanas, en una finca entre Sant Llorenç y Sant Joan. Actualmente, no se tiene constancia de nuevos asentamiento con gente viviendo en vehículos en el municipio.
Como apuntó Marí, en los casos que se encuentra la policía de Sant Joan abundan los «espíritus libres» que buscan estar ocultos en los bosques o pinares en la costa. Igualmente, Santa Eulària también confesó su temor a que este verano se repita la presencia de caravanas en es Pou des Lleó y Cala Nova, con el consiguientes peligro de incendio.