Deporte inclusivo y voluntariado en Can Coix

Unos 477 alumnos de once centros diferentes visitaron ayer las instalaciones de Can Coix

Estela Torres

Estela Torres

El complejo deportivo de Can Coix, en Sant Antoni, acogía ayer la tercera edición del Festival DIE Esport Inclusiu a l’Escola, promovido y organizado por el Departamento de Deportes del Consell de Eivissa, junto a la Fundación Sanitas y la Cátedra ‘Fundación Sanitas’ de estudios sobre Deporte Inclusivo (CEDI).

Desde las ocho de la mañana y hasta la una y cuarto de la tarde, el evento tenía previsto acoger a 477 estudiantes de educación Primaria y Secundaria, procedentes de un total de once centros escolares de la isla. Ya a primera hora se les podía observar con antifaces o cascos insonorizados durante la realización de diferentes actividades de deporte inclusivo.

El festival contó con quince tipos de deportes diferentes con los que se trataba de dar a conocer cómo juegan las personas con discapacidad. Para ello, se contó con la experiencia de una decena de deportistas profesionales, entre los que figuraban locales y nacionales con experiencia paralímpica.

«Desde pequeños no se nos enseña qué es la discapacidad, o que una persona con discapacidad es totalmente normal, puede hacer deporte, puede ir a clase, puede estudiar... hablar, trabajar y comunicarse de la forma que sea. Con esto les ayudamos a que vean esa faceta de la discapacidad y la normalicen»

Sara Revuelta

— Capitana de la selección nacional de básquet en silla de ruedas

Vicent Costa, coordinador del festival y experto en deporte inclusivo, explicaba que se trata de «una actividad muy complicada de organizar», ya que cada año cuenta con grupos de diez centros educativos: «No acabaremos hasta que todas las escuelas tengan la oportunidad de poder disfrutar una jornada así», afirmaba. Además de la organización a nivel local, al ser 2024 un año paralímpico, muchos de los deportistas invitados no pudieron asistir al encontrarse jugando la clasificación en esos momentos.

Por ejemplo, al ibicenco Álex Díaz, jugador de tenis de mesa adaptado internacional con la selección española, podría haberle tocado estar en Polonia ahora. Pero no ha sido así. Díaz considera que esta experiencia «es un poco de tramo de inflexión y motivación para que los alumnos de los centros vean que la gente con discapacidad se esfuerza mucho cuando hace las cosas y que trabaja mucho». Díaz se encontraba mostrando una actividad de tenis de mesa en la que los alumnos intercalaban estar sentados en una silla con tener una raqueta en el brazo: «Para que les cueste más jugar y que vean las dificultades que tenemos en el día a día como deportistas paralímpicos», señalaba el jugador.

Por otro lado, Sara Revuelta, capitana de la selección nacional de básquet en silla de ruedas, estuvo el sábado compitiendo en Badalona y el domingo en Madrid. Llegó a Eivissa el lunes y ayer fue una de las primeras en marcharse porque hoy viaja a Alemania, donde estará toda la semana con la selección jugando un torneo amistoso. A pesar de su ajetreada agenda, ayer se encontraba en Can Coix, como en las dos ediciones anteriores. Considera: «Una maravilla poder traer a todos los chavales de diferentes colegios. De esta forma normalizamos la discapacidad con ellos desde el deporte, y a la vez aprenden lo que es el deporte inclusivo y que da igual si tienes una discapacidad o no, o el tipo de discapacidad que tengas. Al final el deporte nos puede unir a todos».

La capitana se encontraba explicando una actividad en la que los alumnos, en un mismo equipo, tenían que ser capaces de jugar, estando algunos sentados y otros de pie, respetando las reglas y consiguiendo que todos toquen el balón. Para Revuelta: «Desde pequeños no se nos enseña qué es la discapacidad, o que una persona con discapacidad es totalmente normal, puede hacer deporte, puede ir a clase, puede estudiar... hablar, trabajar y comunicarse de la forma que sea. Con esto les ayudamos a que vean esa faceta de la discapacidad y la normalicen», señalaba.

«Ya es la segunda vez que vengo y siempre es una pasada ver cómo se entretienen e implican los niños»

Javier Cáliz

— Estudiante de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte del INEF

Para las actividades en que no participaban los deportistas profesionales, el festival contó con 61 voluntarios, de los cuales 55 procedían de los institutos Balàfia y Algarb. De estos últimos, Newen, estudiante del grado medio de Guía del Medio Natural en el Balàfia, afirmaba que participar en jornadas como la de ayer: «Ayuda a entender la situación de las personas con discapacidad y conocer los deportes que practican y cómo lo hacen». Su compañero Jordi coincide: «Está bien que cuenten con nosotros porque hacemos las prácticas para irnos introduciendo en este mundillo y para saber de deportes inclusivos de gente con discapacidades motrices».

Por su parte, Javier Cáliz, estudiante del Grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte del INEF, vino desde Madrid como voluntario: «Ya es la segunda vez que vengo y siempre es una pasada ver cómo se entretienen e implican los niños», afirma. Se encontraba frente a las pistas de pádel del complejo, donde los alumnos practicaban deportes de orientación para personas con discapacidad visual, voleibol sentados y golbol, el deporte paralímpico creado específicamente para personas con discapacidad visual.

En la entrada a las pistas de atletismo se encontraba Lina Tur, voluntaria de la asociación Equip Voluntari, que afirmaba que para ella «es muy grande» participar en «este tipo de actividades, en las que hay implicados tantos colegios y los niños están motivados y ven que tener una discapacidad no te impide hacer deporte». También señaló que «en Eivissa no hay suficientes voluntarios para todas las actividades que se organizan». Según la experiencia de Tur, estos voluntariados compiten con empresas que ofrecen una remuneración a cambio del ‘voluntariado’.

En relación con esto último, Vicent Costa comentaba que en el mundo del voluntariado hay dos tipos de medallas: «Las que se cuelgan en la chaqueta, y salen en fotos y en la prensa, y las que se cuelgan en el corazón, que no se ven pero que quedan marcadas allí para siempre» porque, decía, «ayudar a personas de tu círculo es fácil pero ayudar a una persona que no conoces de nada, es lo más grande que te puede pasar».

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