Residentes del campamento de caravanas en Ibiza: «Si no nos dan un sitio fijo, cada diez días iré rodando»

Hay más de 50 vehículos en el terreno

Residentes del campamento de caravanas en Ibiza: «Si no nos dan un sitio fijo, cada diez días iré rodando»

Miguel González

El aparcamiento de caravanas de sa Joveria amanece tranquilo y todavía no hay gente caminando entre el más de medio centenar de vehículos perfectamente estacionados. Los pocos pequeños charcos de agua que quedan de las últimas lluvias se secan mientras una retroexcavadora levanta la maleza que crece a pocos metros de las autocaravanas.

Una de las más próximas a la zona donde están aparcados los turismos está marcada con una pegatina que la Policía Local de Ibiza colocó el viernes como aviso de que debía desplazarse. Si el conductor no obedece, el vehículo podrá «ser retirado de la vía pública por encontrarse estacionado por un periodo superior a 15 días en el mismo lugar de la vía».

Alguien intentó arrancar ese distintivo que, según explicó el director técnico del cuerpo, Julián Córdoba, en redes sociales se colocaron en vehículos «con signos de abandono». Carmen Torres está tomando café en su caravana con una amiga que ha venido de visita antes de que la primera vaya a trabajar al colegio Sa Joveria. No podría ser más tajante: «No hay ningún vehículo abandonado aquí».

Señala que los vehículos de su zona no tienen «mala pinta, entre comillas» y que incluso hay estacionadas furgonetas «nuevas». A pesar de todo, recoge todo lo que tiene fuera de su autocaravana para desplazarse a otro sitio. «Si no nos dan un sitio fijo, cada diez días iré rodando», anuncia.

Una retroexcavadora desbroza la maleza junto a las caravanas. | T.E.

La zona de las caravanas. / Toni Escobar

Alejandro Aparicio, que afirma vivir en el aparcamiento desde hace casi un año y tres meses, descansa porque tiene día libre en el trabajo. Está de acuerdo con las palabras de Torres: «Está claro que han venido y han puesto pegatinas corriendo, sin mirar la matrícula».

Este auxiliar de enfermería del Hospital Can Misses detalla que han encontrado distintivos en caravanas que están aseguradas y que tienen la ITV «al día». Además, puntualiza que algunos de esos vehículos señalados se desplazan cada semana por motivos técnicos como «ir a vaciar las aguas, llenar los depósitos o inflar las ruedas».

Ropa colgada en perchas en la alambrada. | T.E.

Ropa colgada en perchas en la alambrada. | T.E. / Miguel González

Aparicio asegura que moverá su autocaravana si se lo piden, aunque comenta que puede «enseñar los papeles» que demuestran que su vehículo cumple con las normativas. Torres, que también asegura tener «todo en regla», argumenta: «Que no se crean que no pagamos impuestos. Los coches pagan». Aunque afirma que puede haber personas en el aparcamiento que no tengan toda la documentación necesaria: «Allá ellos».

A poca distancia de ellos, Rosa Arroyave, su marido y un compañero empujan unos palés de madera en una furgoneta para abandonar sa Joveria. Ella explica que la carga es «para poner en el suelo porque cuando llueve, se empantana todo». Anuncia que prefieren irse porque no saben «cuándo vendrá la policía» y que quieren vivir «sin la presión» de que les desalojen «sin saber a dónde ir».

Rosa Arroyave y su marido posan delante de la autocaravana en la que viven con su hija de 14 años. | TONI ESCOBAR

Una retroexcavadora quitando la maleza / Toni Escobar

Comenta que ella lleva cuatro meses en sa Joveria y que su esposo vive en el aparcamiento desde hace un año. Ambos colombianos, tienen problemas para encontrar trabajo: «Toca trabajar por horas y son muy pocos los puestos que podemos coger para sobrevivir».

El matrimonio, que paga 450 euros por el alquiler de la caravana, vive con su hija de tan solo 14 años: «No he visto más niños por aquí». Torres afirma que personal del Ayuntamiento y de Cruz Roja se acerca «cada dos por tres» a visitar a la familia «por si les hace falta algo o para saber si están cómodos». Arroyave apunta: «La gente se preocupa por nosotros».

El problema de la vivienda

Torres observa que, desde el recuento de personas del Ayuntamiento en julio, ha aumentado «un montón» el número de habitantes del estacionamiento. Sin embargo, afirma: «Ya le gustaría a mucha gente tener lo que yo tengo y no una habitación».

Aparicio subraya las difíciles condiciones del mercado de la vivienda: «La gente de aquí no encuentra nada, ni siquiera si es para familias. Entonces, una persona que esté sola lo va a tener mucho más complicado».

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