Los autobuses de la línea 14 y su alergia a las paradas

La situación se complica tras la calle Murtra, con los pivotes que impiden invadir el otro carril

El autobús de la línea 14, con los intermitentes puestos y fuera de la parada. MCM

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«Los autobuses de la línea 14 le tienen alergia a las paradas. ¿Tú has visto alguno meterse en una alguna vez?», exclama un vecino de Platja d’en Bossa mostrando una foto y un vídeo captados este martes por la tarde en la carretera de Platja d’en Bossa, a la altura del antiguo Bora-Bora en los que se ve al vehículo parado, con los cuatro intermitentes puestos y completamente fuera del espacio destinado para cargar y descargar pasajeros a pesar de que éste esté diáfano. Es decir, que no hay ningún coche ocupándolo. Este vecino asegura que se trata de algo habitual, lo que ocasiona numerosos atascos a lo largo del día.

La situación es especialmente complicada en la zona de Sant Josep, sobre todo pasada la calle de la Murtra, en la carretera de Platja d’en Bossa, donde los pequeños pivotes que separan los dos carriles de la vía impiden a los coches que se quedan detrás del autobús poder rebasarlo. De hecho, este vecino recuerda el «pifostio» que se montó hace unos años, cuando un autobús tuvo una avería justo en esa zona y los coches que le seguían no podían salir. El martes por la tarde, pasadas las ocho de la tarde, detrás del bus que une el centro de Vila con Platja d’en Bossa se quedaron paralizados al menos una decena de vehículos.

Caravana desde Sant Josep

El problema, relatan los vecinos, se da tanto en invierno como en verano. Y tanto si hay coches ocupando las paradas como si no los hay, por lo que achacan este comportamiento a la «pereza» de los conductores de meterse en las paradas. «Seguramente no tanto a meterse como a que les dejen salir luego de ellas, especialmente en verano, con el tráfico que hay», señala este mismo vecino. Aunque la situación es especialmente complicada en ese tramo, no significa que no se genere caravana en la zona que corresponde al municipio de Ibiza. En este caso, en verano, cuando no se puede pasar delante del autobús porque los coches no dejan de pasar por el carril contrario, impidiendo la maniobra. En todo el recorrido son habituales los pitidos y, en más de una ocasión, con los conductores de los coches que van detrás, nerviosos al no poder circular a una velocidad normal, ha estado a punto de producirse algún choche.

«En invierno no es tan complicado porque, salvo a horas muy concretas, no hay mucho tráfico», reflexiona este vecino, que considera que los problemas se acabarían si, por una parte, se controlara el aparcamiento irregular en las paradas de autobús y, por otra, se sancionara o, al menos, advirtiera a los conductores de autobús que, estando libres, no empleen las zonas de parada establecidas para ellos. «En el Ayuntamiento lo saben porque me he hartado de comunicarlo a la línea verde y, además, a veces la policía pasa con las motos junto a los autobuses cuando no están usando la parada, pero nadie hace nada», comenta el vecino.

Rutas alternativas

En alguna ocasión, relata, cuando paseando por el barrio ha afeado a algún conductor por el comportamiento, sobre todo en la zona con los carriles delimitados, éstos le han respondido de malas formas, excusándose en que si emplean las paradas se retrasan y no cumplen con los horarios. La situación hace que muchos habituales acaben por buscar rutas alternativas, evitando la vía principal, lo que supone que estas pequeñas calles soporten un nivel de tráfico «desmesurado».

Este vecino señala que, con la reforma de la calle de la Murtra, en la que no se ha dejado espacio para carga y descarga, las furgonetas paran también en mitad de la calzada o «medio sobre las aceras y medio sobre el asfalto», con lo que la circulación por este tramo es, a algunas horas del día «una tortura». «Si tienes un autobús en un carril y una furgoneta en el otro, ¿cómo pasas?», denuncia.

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