Donación de órganos en asistolia: Un corazón parado cinco minutos

Las negativas familiares en la donación en asistolia son mayores que en la tradicional

Eduardo Escudero, haciendo gestiones durante una donación de órganos en el Hospital Can Misses.

Eduardo Escudero, haciendo gestiones durante una donación de órganos en el Hospital Can Misses. / Juan A. Riera

«Hay que explicarle a la familia que esa persona a la que quieren va a fallecer, que se le va a parar el corazón durante cinco minutos para poder certificar su muerte y que, una vez hecho esto se la conectará a un dispositivo, el ECMO, para que regrese la circulación a su cuerpo», relata el coordinador insular de Trasplantes, Eduardo Escudero, que asegura que esto «cuesta más de entender» a las familias que la muerte encefálica, que se lleva explicando muchos años.

Muestra de ello es que, de momento, las negativas familiares son superiores en las posibles donaciones en asistolia controlada (entre un 20% y un 30%) que en muerte encefálica (un 16%). «Es algo que se irá normalizando con el tiempo, seguro, las negativas irán disminuyendo, aunque son situaciones diferentes», señala.

De la intimidad de la UCI al quirófano

En la donación tradicional, el paciente fallece en la UCI mientras que, cuando es por parada cardiorrespiratoria, en casi todos los hospitales la defunción se vive en el quirófano, donde se inicia apenas cinco minutos después el proceso de la donación. Ahí, en la sala de operaciones, «que, además, relacionas con operaciones para curarte», es donde los familiares deben despedirse de su ser querido. En un espacio que Escudero reconoce como «hostil» para ellos. «No es igual que estar tranquilos en un box de la UCI, en la que intentamos que tengan la mayor intimidad posible», explica el coordinador. «Son situaciones diferentes y cuesta más que la familia acepte la donación», concluye.

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