Inversores belgas, franceses y suizos desplazan a los italianos en la isla de Formentera

Los precios de una casa en el campo en la isla oscilan entre el millón y medio y los ocho millones de euros

Vista aérea de parte de la isla de Formentera, con Sant Francesc a la izquierda de la imagen.

Vista aérea de parte de la isla de Formentera, con Sant Francesc a la izquierda de la imagen. / GERARDO FERRERO

Carmelo Convalia

Carmelo Convalia

Formentera está en el punto de mira de los inversores francófonos, ciudadanos belgas, franceses y suizos que han redescubierto Formentera. Por otra parte, se retira el capital italiano que entró con fuerza a principios de los noventa del siglo pasado y que ahora está vendiendo. También lo hacen los residentes alemanes establecidos hace años. Los que no venden son los naturales de Formentera, salvo que se produzca algún desacuerdo de familia a la hora de la herencia y se opte por vender.

Las inmobiliarias locales consultadas coinciden en señalar que el mercado inmobiliario en la isla es atractivo para inversores. La mayoría de ellos son extranjeros, pero el capital español también está teniendo mayor presencia. Desde hace años, inversores catalanes, madrileños, asturianos y de otras comunidades han visto en Formentera una inversión segura.

Felip Portas dirige una de las inmobiliarias, con sede en Sant Francesc. Señala que en los últimos cuatro años «aumenta la inversión de franceses, suizos y belgas, pero especialmente en los dos últimos años con mayor intensidad».

Este profesional considera que se trata de «ciclos, vemos cómo los italianos se están retirando y están entrando los franceses», resume.

En la misma línea se pronuncia Alex Bruchau, que dirige una inmobiliaria en Sant Ferran. Afirma que también nota la presencia de franceses «especialmente antes de la pandemia, es como si hubieran redescubierto la isla, todo el mundo busca casa para invertir y que tenga licencia turística para poder explotarla, esto es lo primordial, a partir de allí lo que quieras», resume.

Respecto al perfil del vendedor, Felip Portas señala que «hay algún que otro italiano, pero en general eel perfil del comprador es mucho más variado Ahora hay de todo queda el alemán de los años setenta que se ha hecho mayor y vende, también alguna familia de la isla que por las típicas discusiones por la herencia no se ponen de acuerdo».

Compradores extranjeros

Portas constata que el inversor inmobiliario nacional también está presente, «pero diría que últimamente ha ido a la baja», apunta. Por lo que la mayoría de las operaciones inmobiliarias que se hacen «son de capital extranjero y con una marcada tendencia francófona». Estima que el porcentaje de inversión extranjera puede situarse actualmente «cerca del 70 por ciento».

El interés que despierta Formentera en el mercado francés lo atribuye a los atentados islamistas de París de 2015: «Era gente que tenía propiedades al norte de África y muchos de ellos tuvieron miedo, vendieron y han acabado llegando aquí, luego ha ido aumentado el interés». Pone como ejemplo una reciente venta de una casa que ha sido adquirida por un francés «que ha llegado a Formentera y se compró la casa, sin haber venido antes a la isla y lo hizo porque tiene dos amigos que ya tienen casa aquí».

Este profesional del mercado inmobiliario, con una larga experiencia en el sector, insiste en la idea de los ciclos respeto a los flujos de inversión: «Son patrones que se repiten exactamente, lo que pasa ahora con los franceses lo hemos vivido con los italianos en los años noventa, antes en los setenta y ochenta con los alemanes y en los sesenta los franceses fueron los primeros, son ciclos periódicos que se repiten».

El perfil del inversor, más que comprador, es en estos momentos de un alto poder adquisitivo y de clase social alta que busca un lugar seguro para invertir en el que sabe que su patrimonio no perderá valor. Esto hace que las casas, por sus precios, sean asequibles solo para una minoría que pueda invertir entre un millón y ocho millones de euros. En los próximos años, la tendencia del mercado seguirá al alza, aunque de una forma más moderada. «En estos momentos es más fácil vender una casa de tres millones que una de un millón, lo digo por el perfil del que busca», resume Portas.

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