Crónica

Facturaciones polémicas en Sant Antoni: Miguel Tur y el alcalde, como niños tras una cortina

Acorralado, nunca el alcalde de Sant Antoni tuvo tanta prisa para que acabara un pleno como ayer

José Miguel L. Romero

José Miguel L. Romero

Entraba Miguel Tur, edil de Fiestas, sonriente en el pleno, en modo Pantoja, pero poco le duró el rictus, que se tornó de agobio en cuanto se sentó y empezó a defenderse. Como sabía que no podía justificar lo injustificable, optó por compararse con los responsables del anterior mandato: si ellos hicieron lo mismo, salvado. Como un niño escondido detrás de una cortina al que se le ven los pies. De paso admitió (quizás no se percató) que ha dado a dedazo cientos de encargos a una sola empresa porque, a su juicio, las demás no están a su altura, algo difícilmente demostrable como al PSOE-Reinicia le dé por llevar este tema a los tribunales.

No está claro si Tur y su amigo el alcalde, Marcos Serra, inseparables cual Zipi y Zape, mintieron a sabiendas o es que alguien les ha tangado. A ver, no sólo obvió Tur decir que para el concierto de Ucrania fragmentó dos servicios (menudo olvido) y que uno se lo dio a Vicente Escandell y otro a la empresa de este, Sonitec (caramba, otro olvido), sino que además no dijo la verdad: sólo una de las facturas (no dos, tal como publicó este diario) era para dar servicio a dos actos en días consecutivos, si bien el de Ucrania era por mucho más tiempo, 12 horas. El más jugoso, el del sonido (5.898 euros) era para un solo acto. Aun dividiendo por dos la primera factura, los ucranios sólo obtuvieron 223 euros más de recaudación, no «muchos más beneficios», que dijo Tur. Lástima que nadie hablara en el pleno de inmoralidad.

«Ha venido con el pecho hinchado en vez de pedir disculpas», le criticó Joan Torres, a quien apenas dejó hablar, como a la edil de Unidas Podemos. Porque el alcalde tenía prisa por que aquello acabara

Honra a Zipi que intente salvar a Zape, pero es ridículo igualar las 24 facturas con reparos del anterior mandato y por 449.000 euros, con las 90 facturas y los 728.000 euros en solo un año que el propio Serra ha firmado. «Ha venido con el pecho hinchado en vez de pedir disculpas», le criticó Joan Torres, a quien apenas dejó hablar, como a la edil de Unidas Podemos. Porque el alcalde tenía prisa por que aquello acabara, pues sabe el alcance de haber dado a dedo un millón de euros a una sola empresa.

De ahí que la estrategia de Serra y Tur fuera la previsible: ‘y tú más’, aunque fuera mediante triquiñuelas o con bobadas como que con los socialistas el pueblo era «más triste». Cabe preguntarse si el alcalde sabe de qué va esto o si se está haciendo el sueco. La cuestión, le recordaron, no es el número de reparos en cada gobierno y quién lo tiene más grande, sino que se dieron a dedo cientos de encargos, que no se pidieron presupuestos alternativos, que se fragmentaron numerosos servicios y que no se licitaron los contratos mayores.

Mención especial para José Ramón Martín (Cs), que con equidistancia simplona y perogrulladas varias perdió la oportunidad de demostrar a sus jefes que le echan sin motivos. Los tienen.

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