Como rapero, Cristo Corona siempre había estado solo, con un dj, pero solo. Hasta que hace unos meses se encontró con Abel Pons, músico. Querían trabajar juntos y tener «una banda de las de toda la vida», explica el popular rapero ibicenco. Así nació, The Holy Riders, su nuevo proyecto con el que esta misma mañana presentan su primer tema ‘Nueva oportunidad’.
Cuando se juntaron, Corona le explicó a Pons que tenía una idea en la que, de hecho, llevaba años trabajando, se juntar el rap con el country. Un sonido muy especial, «muy de motero rapero», define. Algo que, explica, únicamente le había escuchado a un autor a un autor en Estados Unidos. «Pero nunca nadie lo había hecho en castellano», indica.
Corona le enseñó las bases que ya había hecho. «A Abel le encantaron», indica el rapero. Y se pusieron a trabajar. «En 2014 ya hice la primera canción con una instrumental que no era mía, compré la licencia», detalla. Desde entonces, ha trabajado en otras tres canciones. En estos últimos meses Corona y Pons han estado trabajando mano a mano. El músico con las melodías y el rapero con las letras: «Hay más lírica en un tema de rap que en todo un disco de pop».
Letras «maduras»
Reconoce que las letras para los temas de este proyecto musical son diferentes de las que escribe habitualmente: «Cuando comencé en el rap, éste era mi vía de escape. Escribía para desahogarme. Ahora, con 32 años, soy una persona más madura y me interesa hablar también de otros temas».
Si la nueva propuesta le gusta tanto a los demás como a ellos lo sabrán hoy, cuando los usuarios de plataformas de música como Spotify y de Youtube escuchen el tema con el que se estrenan The Holy Riders. Aunque la base de la banda son Corona y Pons, cuentan con otros músicos como colaboradores. Para la grabación y el rodaje del videoclip de ‘Nueva oportunidad’, por ejemplo, les acompañó el batería brasileño David Nogueira.
El videoclip, recuerda, lo grabaron en pleno verano en dos escenarios de la isla: ses Salines y una zona de campo entre Montecristo y el Camí Vell de Sant Mateu. A 40 grados. A pleno sol. Y, evidentemente, con la aparición de varias harleys.
