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La cesta de la compra de la ministra, más cara en Ibiza

Las familias de la isla han adaptado sus listas de la compra en los últimos meses debido al elevado incremento de los precios

La cesta de la compra de la ministra Yolanda Díaz, más cara en Ibiza. LNE

«¡Eso es imposible!», afirma Florin, contundente, antes de que se le escape una risa irónica, cínica, sardónica, sarcástica. «Es imposible que una familia, en Ibiza, pueda vivir con una cesta de la compra de 30 euros», continúa Florin mientras se afana metiendo en el maletero del coche la compra que acaba de hacer en el Mercadona de Can Burgos. La propuesta de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y del ministro de Consumo, Alberto Garzón, no es algo factible para la mayoría de quienes, la mañana del viernes, hacen la compra en un gran supermercado de Can Burgos.

«Hace mucho tiempo que no hago la compra de la semana por menos de 60 euros. Si acaso, cuando sólo entro a comprar el pan y un pack de agua. Sólo 30 no es que sea imposible, es que es una utopía. Eso sólo puede proponerlo alguien de una zona muy barata o que no va mucho al supermercado», afirma Mari Carmen mientras espera su turno frente a la zona del pescado. «Y eso que ahora ya estamos solos mi marido y yo, aunque de vez en cuando les paso tuppers a mi hijo», indica. La conversación se expande rápido entre los que aguardan su turno. «Hoy, por ejemplo, me llevaría un rodaballo para hacerlo al horno, pero tal como está la vida nos vamos a tener que conformar con unas sardinas o con una dorada muy bien acompañada. Con patatas, vaya, que es lo más económico», afirma Mercedes

Florin ha pagado unos 140 euros en esta última compra que, confiesa, «es para unos días». Es consciente, eso sí, de que suben mucho el coste los productos de limpieza que lleva. Y tiene muy claro que hace «cuatro o cinco meses» no hubiera pagado tanto por los mismos productos: «Los precios han subido mucho, como un 30%». Florin, que llegó a Ibiza en 2005, está convencido de que comprar para una semana por debajo de 30 euros sólo es posible en alguna gran ciudad y en pueblos de la Península: «El problema es que en estos últimos no hay trabajo», reflexiona acabando de jugar al tetris con las bolsas y cajas que le quedan aún en el carro.

Sin productos frescos

La popular y polémica cesta de la compra anunciada por Díaz, cuya intención era llegar a un acuerdo con las empresas de alimentación para que pusieran un tope a los productos básicos, es difícil conseguirla en la isla de Ibiza por menos de 40 euros. Hasta ahora, únicamente una cadena de supermercados, que de momento no está implantada en la isla, ha recogido el guante de Yolanda Díaz y ha lanzado una cesta básica de la compra, supuesta cesta básica, por 30 euros.

Una lista que, sin embargo, no incluye productos frescos y en la que la carne, el pescado y las verduras únicamente figuran en conserva. Tampoco aparecen huevos, leche o legumbres. Motivos, estos, por los que ha sido diana de no pocas críticas. Por contra, sí incluye productos totalmente prescindibles, como el chocolate, una botella de refresco de té con limón, pan de hamburguesa (aunque no incluye las hamburguesas) o mermelada. Productos que si bien es habitual encontrar en los carros de las familias, no son indispensables.

Esa misma lista, en uno de los supermercados que tiene en la isla Mercadona, compañía líder del sector de la distribución en España, cuesta 40,8 euros. Y eso, eliminando la avena para el desayuno, que ayer no se encontraba en las estanterías del establecimiento. Los productos más caros de esta lista: el atún en aceite (4,4 euros por seis latas de 56 gramos de peso neto) y el detergente (3,5 euros por tres litros), el frescura azul, que es el más económico. Por debajo de un euro pueden encontrarse la sal (0,25), la harina y el caldo de pollo (0,75), el vinagre (0,55), la pasta (0,77), guisantes (0,63), champiñones y pan de molde (0,85), pan de hamburguesa (0,9), refresco de té al limón (0,75), chocolate (0,7) y pasta de dientes (0,9).

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La cesta de la compra de la ministra Yolanda Díaz en Ibiza.

La cesta adaptada

Con este primer listado como base, Diario de Ibiza ha recorrido los pasillos de ese mismo establecimiento para adaptar esa primera cesta de la compra. Lo primero, cambiar el aceite de girasol por uno de oliva, el normal, de un grado, porque el virgen o el virgen extra dispararían la compra. Es casi un 53% más caro (de 2,55 a 3,9), pero, para usar en crudo, por sabor y por la cantidad necesaria, compensa.

El principal cambio, sin embargo, es que desaparecen la mayoría de las conservas para sustituirlas por producto fresco. Se queda el atún, porque saca de bastantes apuros y es rara la casa en la que no hay siempre, al fondo de la despensa, alguna lata. Se incluye natural, que es unos céntimos más barato que en aceite, aunque éste siempre se puede usar para aliñar una ensalada, darle un toque diferente a unas verduras o a la pasta. En economía de crisis hay que aprovecharlo todo.

Se van fuera las albóndigas en salsa, ese producto cuya existencia desconocían muchos. Entran en el carro, en cambio, unos muslos de pollo (cuartos traseros completos, que los jamoncitos son muchísimo más caros) y un puñado de sardinas, que están aún en temporada y no sólo son económicas (3,95 euros el kilo) sino que además son una gran fuente de omega3. Los que huyan de ellas por el mal olor que dejan en la cocina no tienen excusa: al horno, enterradas en sal gruesa y con un poco de limón y adiós olores.

Entre los productos frescos se incluyen también tomates y cebolla, dos imprescindibles en la cocina, así como fruta. Las más baratas, en estos momentos, son la manzana golden y la pera conferencia, que están exactamente al mismo precio: 1,39. También se incluyen dos cartones de leche y yogures y algo imprescindible en lo que, desde Madrid, no se ha pensado: agua. Para beber. La más barata, eso sí: 82 céntimos de euro por una garrafa de ocho litros.

¡Ah! En la despensa entran también las legumbres. Ya cocidas, son más económicas que las secas y no requieren tanto gasto de energía a la hora de cocinarlas. Un bote de 400 gramos de garbanzos no llega al euro (0,75).

Legumbres y pan

Esto lo sabe bien Cristina, que acaba de hacer la compra «del día» para ella y para su madre. En el último año las legumbres se han convertido en habituales en su cocina. Más habituales. Lo mismo que el arroz. «Con ellas puedes hacer una olla grande», comenta esta mujer que confiesa que en los últimos tiempos se ha acostumbrado a hacer la compra «día a día». «Qué remedio, los precios se han disparado», indica. Esa escalada de precios ha hecho que en casa cambien de forma radical la compra.

Cristina saca del carro un paquete de tomates de ramellet en el que destaca una enorme pegatina amarilla en la que se lee «Baixada de preu. Data de consum propera». Una pegatina promocional que indigna a la clienta: «¿Baixada de preu? ¿Baixada de preu? ¿En serio? ¿De verdad esto es una bajada de precio?», exclama señalando otro adhesivo, mucho más discreto, en blanco, en el que se lee el precio: 1,66 euros. Estos siete u ocho tomates antes costaban 2,07 euros. El objetivo de los tomates no es otro que impregnar bien el pan. «Es una forma de llenar el estómago», afirma la clienta, a la que la cesta de la compra básica que una cadena ha lanzado tras el anuncio de la ministra Díaz le hace llevarse las manos a la cabeza. «Sé que se pueden encontrar muchos productos por menos de un euro, pero son productos que yo no le voy a dar a mi familia», afirma, rotunda antes de calificar de «absurda» esa lista de la compra. La mujer no quiere ni pensar a dónde van a llegar los precios.

«No es cuesta de enero o de septiembre. Es cuesta de enero, de febrero, de marzo, de abril, de mayo, de junio... Hay cuesta todo el año», afirma cerrando el maletero del coche y encaminándose a dejar el carro.

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