Como cada año a principios de septiembre, los trabajadores de Salinera Española empezaron el lunes a recoger la sal de los estanques del Parque Natural de ses Salines. Pese a que el proceso acaba de empezar, el director de Salinera Española en Ibiza, José María Fernández, considera que la cosecha de esta temporada se presenta «sensiblemente inferior» a la anterior, en torno a «un 15% o un 20% por debajo».
La temporada empezó mal, con un retraso en el proceso de producción de unos 20 días como consecuencia de las lluvias registradas en invierno y la primavera. «Lo normal es que la sal empiece a precipitar a finales de mayo o principios de junio, pero este año se retrasó hasta la segunda quincena de junio, lo que supuso unos 20 días de demora», recuerda.
Pese a las altas temperaturas registradas este verano, por encima de lo normal, el proceso de producción de sal no ha remontado lo suficiente como para compensar el retraso, según explica el director de la explotación salinera de Ibiza. «Este verano ha sido brutal [de calor], pero no hemos podido recuperar. Este período ha sido muy bueno, con algunos días en los que se ha corrido [en el proceso de cristalización] algo más de lo normal, por encima de la media, pero ha sido insuficiente», señala Fernández a tenor de lo que percibe tras iniciarse la cosecha.
La barrera de 50.000 toneladas
La cosecha del año pasado alcanzó las 56.000 toneladas de sal, casi un 8% más que en la temporada anterior. De cara a este año, Fernández afirma que, «de momento», estará «contento» si se logran recoger entre «45.000 y 50.000 toneladas». Hay que tener en cuenta que a partir de 50.000 toneladas se considera que la cosecha ha sido buena. «A partir de esta cifra sacamos la cabeza y respiramos porque al menos se pueden cubrir los gastos», indica el director de la explotación salinera.
Los trabajos de recogida de sal se prolongan durante dos meses y medio, hasta mediados de noviembre. Si no llueve mucho durante este tiempo (más de lo que acostumbra en esta época del año), aún «se podrá recuperar algo», según indica el director de Salinera Española.
Precisamente, el año pasado la cosecha podría haber alcanzado las 60.000 toneladas, una cifra que hace muchos años que no se recoge, pero durante la cosecha se perdieron unas 3.000 toneladas como consecuencia de las repetidas e intensas lluvias registradas a finales de otoño.
El mayor problema de las lluvias sobre la producción se genera al inicio de la cosecha, entre septiembre y octubre, cuando se vacían los estanques, según explica Fernández. Durante estos dos meses no llovió prácticamente nada en 2021, pero en noviembre se registraron precipitaciones durante 16 días, algo que no aparecía en los registros de los últimos 25 años. Las precipitaciones de principios de noviembre provocaron la pérdida de la mitad de la sal en algunos estanques que ya se habían vaciado.
Industria conservera
La mayor parte de la producción se destina a la industria conservera (salazón de pescado). Normalmente, Salinera Española vende cada año 15.000 toneladas a empresas pesqueras de Islas Feroe para la conservación del bacalao, además de 10.000 toneladas para industrias conserveras de Galicia.
Otra parte de la cosecha se utiliza para el deshielo de carreteras, en concreto, unas 20.000 toneladas. Para este fin se utiliza la sal sin limpiar que se acumula en un montículo aparte y que se distingue de la principal por su color oscuro. Hace unos meses, se enviaron 16.500 toneladas a las salinas de Salinera Española en Murcia, cuya producción fue insuficiente para atender toda su demanda.
