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La ITV de Ibiza no tiene un aparato necesario para pasar la inspección de los autobuses

El Consell dice que ha comprado el dinamómetro este mes de agosto, pero aún no está instalado. Reciben 46 quejas de usuarios desde abril

Usuarios esperando, ayer, en la parada del aeropuerto. Irene Vilà

Ante la queja reiterada de conductores y usuarios por el mal estado de parte de las flotas, desde el Consell de Ibiza insisten en que todos los vehículos tienen la ITV en vigor. En esta línea, cabe recordar que deben pasar la inspección una vez por año hasta que se cumplan cinco años desde su matriculación y, a partir de ahí, cada seis meses.

La ITV de los autobuses no difiere demasiado de las inspecciones de otros vehículos. En concreto, además de revisar que todos los documentos estén en regla, se miran cuestiones técnicas y mecánicas como el motor, los frenos, los ejes, las ruedas, los neumáticos y la suspensión. También el volante, la caja de cambios, la dirección del vehículo, las luces, las emisiones y la identificación.

Pero hay elementos especiales que también hay que revisar, como la presión que ejercen las puertas al cerrar. Para ello, el técnico debe utilizar un aparato llamado dinamómetro para asegurar que, en el cierre, no superan el límite de 300N y puedan ocasionar heridas graves si alguien queda atrapado por ellas.

Este aparato, según confirman algunos chóferes a Diario de Ibiza, no está operativo en las estaciones de Ibiza y «los técnicos usaban su propio brazo para medir la presión», indican. Al preguntar al Consell por este sistema, confirman que «el dinamómetro se ha comprado este mes de agosto», aunque no especifican el día. De momento, no se ha instalado y, aunque es necesario para pasar la ITV de los autobuses, aseguran que hasta ahora «se hacían las revisiones pertinentes».

«La dotación de la estación con este nuevo instrumento se suma a las actuaciones llevadas ya a cabo, como el frenómetro de la línea número 2 y el detector de holguras de la número 4)», añaden las mismas fuentes.

Cabe recordar que los autobuses, en la mayoría de los casos, no pueden superar los 15/16 años de antigüedad, por lo que tienen que ser renovados una vez pasado ese lapso. En Ibiza, según los chóferes, hay algunos que superan las dos décadas.

A modo de ejemplo, en el caso de Mallorca, según informa la conselleria balear de Movilidad, las concesiones vigentes establecen en 15 años la edad máxima de los autobuses y toda la flota actualmente es nueva de enero de 2021.

Registros de entrada

El Consell de Ibiza ha recibido 46 registros de entrada desde el mes de abril por quejas de usuarios relacionadas con el servicio de autobús de la isla (diez en abril, nueve en mayo, 13 en junio, cinco en julio y nueve en lo que va de agosto), según informa la institución.

Precisamente, el miércoles por la tarde informaban sobre que se han levantado actas contra las empresas adjudicatarias por «incumplir horarios y frecuencias» establecidos por el departamento de Transporte. De hecho, la mayoría de las críticas de los pasajeros son por estas cuestiones. Sin embargo, preguntado por este medio, el Consell no ha facilitado cuántas inspecciones se han llevado a cabo, en qué días y el número de actas levantadas.

Críticas del PSOE

Por su parte, el grupo PSOE critica el silencio del presidente del Consell, Vicent Marí, sobre la «caótica» situación que sufre el transporte público en la isla y «la crisis interna dentro del departamento que dirige el conseller Javier Torres, tras el cese del anterior director insular, Roberto Algaba».

Además, «nos encontramos a dos semanas del inicio de la gratuidad del servicio, lo que debería suponer un incremento de la demanda. Con la actual situación de cancelaciones de servicios, aglomeraciones, gente tirada en las paradas por falta de espacio, falta de información, etc., el incremento de viajeros que puede haber a partir de septiembre puede agravar más la problemática», sostienen los socialistas.

A pesar de ello, «Marí sigue escondido, sin pronunciarse ni tomar medidas políticas, como la destitución de Javier Torres que le reclama el PSOE, que es la única forma de buscar un cambio de rumbo en la gestión de un servicio fundamental, como es el transporte público», denuncian.

Falta de seguridad presencial

Los conductores, además, lamentan que se hagan «promesas» que no llegan. «Llevamos años reclamando seguridad, por lo menos en las estaciones. Nos dieron un curso para tratar con personas agresivas, pero estamos al límite. Los pasajeros cargan contra nosotros porque damos la cara en todo: venta de billetes, cargo de tarjetas, información... nadie nos ayuda», explican. Aseguran que las «carencias» del servicio son «inexplicables».

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