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La ciudad de Ibiza se reserva el derecho de tanteo y retracto en la compraventa de licencias de taxis

El Ayuntamiento mantiene en su nuevo reglamento del taxi el control biométrico para evitar «falsas contrataciones»

La parada de taxis del puerto de Eivissa. | J. A. RIERA

El nuevo reglamento del servicio del taxi de la ciudad de Ibiza incluye por primera vez el derecho de tanteo y retracto del Ayuntamiento en las operaciones de compraventa de licencias de taxi. Es decir, el Consistorio no sólo regula la autorización de la venta a un tercero del permiso para explotar un taxi sino que se reserva la posibilidad de recuperarla (para ofrecerla de nuevo en un concurso) por el mismo precio que pacten las dos partes.

El segundo teniente de alcalde y concejal de Movilidad, Aitor Morrás, explica que en la actualidad las licencias de taxi «no se pueden traspasar», aunque reconoce la existencia de una especie de «cajón de sastre» que permite, «excepcionalmente», hacerlo en según qué circunstancias.

Aitor Morrás afirma que decidió permitir este tipo de transacciones tras tener constancia de un taxista que quería cambiar de oficio y no podía al no poder vender su licencia. Con el nuevo reglamento, se permitirá hacerlo, con autorización previa del Consistorio y tras el pago de un canon del 50% del coste de una licencia (ahora se sitúa en 180.000 euros).

Morrás explica que con la introducción del derecho de tanteo y retracto se pretende reducir el mercado «negro» y que se declare una cuantía muy inferior de la que realmente se paga por la licencia. Esta idea se basa en la que utiliza el Institut Balear de la Vivienda (Ibavi) para quedarse viviendas en función del precio por el que se vendan. En este caso, el Consistorio haría valer este derecho en el caso de que la venta fuera por un precio igual o inferior al que ahora se paga por una licencia, al tiempo que Morrás destaca que es una garantía para que se declare como mínimo este precio, que es el que debe figurar en el contrato de compraventa.

Por otra parte, Morrás justifica que el nuevo reglamento, que pretende aprobar inicialmente en el pleno de este mes, mantenga la obligación de instalar un sistema de control biométrico para identificar al conductor, a pesar de que se haya decidido eliminar el control horario y las jornadas de más de 12 horas. En este caso, el sistema de identificación del taxista servirá, por ejemplo, para «evitar falsas contrataciones o autónomos para sumar antigüedad». Se refiere a la práctica que se ha detectado de contratar a una persona que en realidad no conduce el taxi para acumular antigüedad y, en un futuro, poder optar, por ejemplo, a una licencia.

Morrás también reconoce que esta información (la de las horas de conducción) se puede pasar a Hacienda o a la Inspección Laboral en el caso de que estos organismos lo requieran. El edil pretende que el primer trimestre de 2023 ya estén instalados estos sistemas de control, que, en principio, funcionarán a través de la huella dactilar. «Es el sistema más sencillo y económico tecnológicamente», justifica.

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