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Obras en el centro de Ibiza: «Los repartidores tardamos una hora y media más»

Los comerciantes advierten que la gente de los pueblos renuncia a bajar de compras a la ciudad con la reforma de la avenida Isidor Macabich

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Obras en el centro de Ibiza. Vicent Marí

Cualquier día por estas mismas fechas, Juan Antonio González y Said Mohamed necesitaban un máximo de cuatro horas para completar el reparto de cubitos de hielo a sus clientes del centro de Vila, unos 35 las jornadas con menos pedidos y 45 las más ajetreadas. Ahora, las obras de reforma de la avenida Isidor Macabich han complicado sobremanera su recorrido. Con el cierre del primer tramo de esta vía, hasta la calle Madrid, ayer necesitaron cinco horas y media para entregar todo el material.

«Es una locura. Han quitado muchas plazas de carga y descarga, no se puede aparcar en ningún sitio y encima los repartidores tenemos problemas de tráfico y embotellamientos con los que tardamos una hora y media más para hacer la misma ruta», se quejaban mientras volvían al camión frigorífico de Hielo Pitiús. De hecho, tuvieron la suerte de que, al ser sábado, la presión de la circulación del tráfico era mucho menor que la que prevén encontrarse mañana.

CIerre hasta el martes

El Ayuntamiento de Ibiza empezaba a primera hora los trabajos de conexión de las canalizaciones subterráneas en el primer tramo de la avenida Isidor Macabich. Para ello, se cerró la circulación en la manzana comprendida entre la avenida Ignasi Wallis y la calle Madrid y se prevé que se mantenga cortada hasta el martes, a partir de las dos del mediodía.

El Ayuntamiento recomienda a los conductores que accedan a la ciudad por la avenida España o la calle Josep Zornoza Bernabeu

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Durante estos días, el Consistorio recomienda a los conductores que accedan a la ciudad por la avenida España o la calle Josep Zornoza Bernabeu. Los que ayer desconocían este consejo y entraban por la rotonda de sa Real, se encontraban en el primer cruce una primera señal indicando un desvío provisional por el Passeig Abel Matutes, aunque se podía seguir circulando por la avenida Ignasi Wallis.

El carril de entrada a la ciudad quedaba bloqueado por barreras justo después del instituto Santa María, de manera que los conductores podían desviarse por la calle Vicent Serra o tomar la dirección al puerto por Felip II.

No faltaron los vehículos que debían recurrir a esta última opción porque no advirtieron las señales indicativas antes del edificio de Can Ventosa, dando luego un mayor rodeo para regresar al Eixample. Así y todo, el tráfico del centro de la ciudad, algo más ralentizado, ayer no se vio afectado por embotellamientos.

Unos operarios trabajan en el primer tramo de la avenida Isidor Macabich. V. Marí

«La gente de fuera ya no viene»

El cocinero y propietario de la Cafetería Gran Vía, Manuel Izquierdo, daba su versión sobre la ausencia de atascos: «La gente de los pueblos ya ha dejado de bajar a Vila, a no ser que tenga una obligación». En su caso, como miqueler, estaba acostumbrado a que pasaran a verle conocidos suyos de Sant Miquel, Santa Gertrudis o Sant Mateu cuando venían a la ciudad, más aún los sábados, y aprovecharan para desayunar o tomar un tentempié después de ir al mercado. «Lo normal sería que, a esta hora [11.15], todo el interior del bar estuviera lleno y no a medias. Pero gracias a la gente de Vila que viene a hacer unas tapas, nos vamos salvando para cubrir los gastos», valoraba.

"La gente de los pueblos ya ha dejado de bajar a Vila, a no ser que tenga una obligación"

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Rosario Torres, de la tienda de ropa Trazos, también confirmaba que se echa en falta a la clientela de fora Vila. «Lo llevamos mal, la verdad, porque mucha gente ha dejado de venir al no encontrar donde aparcar».

La merma de clientes en la tienda de electrodomésticos Comercial Canaria les ha obligado a ampliar el horario de apertura «para sacar algo de provecho», se resignaba Agustín Fernández. Ahora el establecimiento atiende de 9.30 de la mañana a 20.30 la tarde, sin la pausa de dos horas y media al mediodía. Los trabajadores también han modificado sus turnos para hacer frente a esta bajada de la actividad que achacan a las obras.

Sin turistas

«Los clientes se quejan de que no hay sitio para aparcar, se llena todo de polvo y no se ven turistas porque, al ver todo esto levantado, circulan por otras calles», detalló Fernández. La falta de visitantes extranjeros es una queja que comparte el resto de comerciantes.

«No pasa ningún turista por aquí, cuando a partir de junio siempre entraba alguno y se compraba algo», señaló Li Quing, de la tienda de reparación de móviles y venta de accesorios Cellular Ibiza, a dos manzanas del Parque de la Paz. En su caso, su negocio depende mayoritariamente de la clientela local, que «sigue viniendo porque conocen la tienda de hace tiempo».

Más que por su facturación, Qing se quejaba porque «los últimos cuatro días no se ha visto a nadie aquí delante trabajando [en las obras de la avenida]». «Deberían darse más prisa o haber empezado en invierno», sentenció.

En la zona de la plaza Enrique Fajarnés, la dependienta de la Joyería y Relojería Luxury, Mónica Pardo, incidía en las molestias ocasionadas por esta reforma de una de las arterias principales de la ciudad. «No podemos entender que hayan elegido estas fechas. No hay ambiente por la calle y solo se oye el ruido de los coches o de las máquinas. No da la sensación de que sea sábado», lamentó.

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