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Noelia Azqueta
Noelia Azqueta Directora de Enfermería del Área de Salud de Ibiza y Formentera

«Con la pandemia se ha visto de lo que somos capaces las enfermeras»

En el Día de la Enfermería, que se conmemora hoy, Noelia Azqueta destaca la visibilidad que han alcanzado estas profesionales durante estos dos últimos años y reclama más plazas de formación en la Universitat de les Illes Balears (UIB)

La directora de enfermería, en su despacho. Juan A. Riera

Noelia Azqueta es de Navarra y llegó a Ibiza de la mano de una tía, monja, que vivía en es Cubells. En su ciudad natal había dos universidades de las que salían, cada año, 300 enfermeras, en busca de trabajo. «Ahora ya no pasa, pero entonces cerraban bolsas», recuerda la directora de Enfermería del área sanitaria. Su tía le pasó los teléfonos. Comenzó a trabajar en la sanidad privada y seis meses después, en la pública, donde lleva 27 de sus 49 años. Reconoce que aunque en un primer momento tenía varias opciones a la hora de escoger estudios, una vez que comenzó, tuvo claro que la enfermería, que hoy celebra su día mundial, era lo suyo.

Hoy es el Día de la Enfermería, ¿es una jornada para celebrar o reivindicar?

Pues un poco las dos cosas. Es un día para celebrar y recordar que seguimos aquí, pero este año más que nunca hay que reivindicar el valor de la enfermería, algo que se ha puesto en evidencia en la pandemia. Tenemos que decirle a la sociedad y a nuestras organizaciones sanitarias que seguimos aquí, mostrar la importancia que tenemos en el proceso del cuidado del paciente.

¿Se las valora más?

Curiosamente, en estos dos años hemos tenido de golpe toda la visibilidad que llevábamos muchos años reivindicando. Se nos valora más y de forma diferente. No queremos caer en el olvido ahora que se ha visto lo fundamentales que somos en la cadena de cuidados del paciente. Que se nos siga valorando y poniendo en el lugar que merecemos.

¿Por qué no se las valoraba?

La enfermería es una profesión muy vocacional y siempre nos hemos sentido valorados por el paciente. Es lo que nos hace seguir adelante. Pero sí necesitábamos un poquito más de reconocimiento tanto por parte de la sociedad como de nuestras organizaciones. ¿El motivo? No sé...Somos un colectivo muy numeroso, estamos 24 horas con el paciente, somos los que le escuchamos y atendemos, pero no nos sentimos valorados en cuanto a las retribuciones, por ejemplo. Esta pandemia nos ha servido para ver que la sociedad sí nos valora.

¿Cuál ha sido el papel de la enfermería estos dos años?

Hemos tenido que parar y reinventarnos porque no había tiempo y todo lo que estaba pasando exigía que nos formáramos, nos reorganizáramos, que los recursos materiales y humanos se redireccionaran hacia el problema que había... Y a gran velocidad. No nos ha dado mucho tiempo a pensar y esto es lo que también nos ha dado más valor. Las enfermeras hemos tenido que reinventarnos en muy poco tiempo, ponernos a ello con toda nuestra fuerza y sin preguntarnos nada. La sociedad nos necesitaba y ahí hemos estado. En todo. Hemos abierto plantas, reconvertido la funcionalidad de las unidades para dedicarlas al covid, montado centros de cribado, estado en puertos y aeropuertos, montado puntos de vacunación, creado EduCovid y la central covid... Hemos seguido cumpliendo con nuestra labor asistencial como profesionales sanitarios, pero al mismo tiempo nos ha tocado reinventarnos a toda velocidad porque todo tenía que estar para antes de ayer.

A raíz de esto, ¿han surgido nuevos perfiles dentro de la enfermería?

Se ha visto que las enfermeras podemos gestionar en situaciones de crisis y límite. Y hacerlo muy bien. Los perfiles existían, pero se ha visto mucho más su potencial. Estábamos ahí, pero se ha visto lo que éramos capaces de hacer.

¿Han pasado miedo?

Sí, miedo, angustia, preocupación... Pero no nos daba mucho tiempo para pensar en ello. Seguíamos adelante con lo que nos tocaba y lo que queríamos hacer, pero también tenemos familia y pasábamos el mismo miedo, como profesionales y como usuarios, que todas las demás familias. Hemos pasado miedo, sobre todo al principio, cuando no teníamos tanto conocimiento sobre el virus, su etiología, el potencial del mismo y a dónde podía llegar. Una vez que fuimos interiorizando lo que había, que llegaba una ola detrás de otra, una cepa y otra y otra... Para cada ola había que hacer planes de contingencia adaptados y diferentes. Al principio tuvimos miedo, luego ya fuimos interiorizándolo y afrontándolo de otra forma.

Vivir esto, ¿ha reforzado las vocaciones o hay gente que ha tirado la toalla?

Habrá habido de todo, porque esto nos ha resituado, nos ha revuelto. Estoy segura de que la mayoría de los enfermeros han salido reforzados sabiendo que esto es lo que querían hacer el resto de sus vidas. Habrá un porcentaje pequeño que igual no y que se ha planteado dejarlo. Conociendo la enfermería como la conozco he visto la plantilla del Área de Salud reforzada y unida como nunca para afrontar esta crisis. Pedías voluntarios para turnos extras y no tenías problemas para encontrar personal. Gracias a ellos hemos salido adelante. A todos nosotros. Hemos salido reforzados desde el punto de vista profesional y vocacional.

¿Hay más peticiones para estudiar enfermería?

Es una carrera muy solicitada desde hace tiempo, eso hace que la nota de corte sea muy elevada. En la UIB en los últimos años se estaba notando ese incremento. Es una profesión que gusta y, una vez acabas, casi todo el mundo tiene trabajo, lo que da un poquito de miedo. Cuando llegan enfermeros se nota mucho quienes son vocacionales y los que se han metido ahí porque saben que tiene el trabajo asegurado. Hemos hablado con la UIB para aumentar cinco plazas por curso. Necesitamos reforzar la cantera de enfermeras para el área de salud.

¿Hacen falta enfermeras?

Sí, sin duda. Nos hacen falta enfermeras en el área para las sustituciones. La plantilla orgánica ha crecido mucho en estos cuatro años. La pandemia ha agudizado esto, que era un problema crónico. En todos los dispositivos organizados había enfermeras y eso ha puesto más en evidencia esta necesidad.

Imagino que la mejor forma de tener enfermeras es que estén aquí viviendo.

Sí, aumentar el número de plazas en la UIB, es gente de la isla, que ya tiene casa aquí. A pesar de esto seguiremos necesitando gente que venga de fuera.

Si es complicado que vengan médicos, con sueldos más elevados, que lo hagan enfermeras...

Es aún más complicado, pero las enfermeras tienden a agruparse, se juntan para vivir. Además, hemos aumentado la residencia y se abren nuevas habitaciones. Ponemos todas las medidas a nuestro alcance, estamos empeñados en conseguir todo lo posible para que vengan profesionales sanitarios. Hace falta conseguir que vengan, que puedan hacer las sustituciones como toca y con las ratios que corresponden.

¿Cómo están?

Bastante equilibradas, como en el resto de las islas. Pero es algo que siempre estamos intentando mejorar.

¿Qué retos se plantea la enfermería acabada la pandemia, ¿investigación?, ¿especialización?

Sí, la enfermería tiene muchos perfiles, no sólo el asistencial, aunque estamos acostumbrados a dar más visibilidad a este último. Pero hay muchos: asistencial, docente, de investigación, gestión... Ahora se está tendiendo a la especialización: pediatría, comunitaria, salud mental, salud laboral... Y hay otras en camino. Se trata de especializarnos cada vez más para prestar mejor asistencia que es, en realidad, lo que buscan todos los perfiles. Cada vez más enfermeras se están dedicando a investigación, docencia, gestión... Eso es muy bueno.,

¿Qué aporta la mirada de una enfermera a estos perfiles?

La enfermera tiene una visión mucho más holística del paciente. Es lo primero que te enseñan en la carrera. Atiende tanto la parte fisiológica como psicológica, humana, del entorno... Es el abecé de nuestra profesión y, de hecho, el paciente no es sólo una patología, que es lo que más se ve. Cada uno de estos aspectos afectan de forma directa a su patología. La enfermería puede aportar muchísimo.

Cuando hablamos de enfermería, se incluyen también los técnicos en cuidados, ¿no?

Si algo se ha visto en estos dos años es que somos un equipo, en esta dirección de enfermería no sólo llevamos enfermeras, también matronas, fisios, técnicos de laboratorio, de rayos o de anatomía patológica, celadores, técnicos en cuidados de enfermería... Esto, funcionar como equipo, nos ha dado mucha fuerza durante la pandemia. En la central covid tenemos trabajando matronas, técnicos de laboratorio, fisioterapeutas... Al final, la base de todo es la misma, cuidar al paciente.

¿Ha cambiado la relación de la enfermería con el colectivo médico?

Depende de la perspectiva y de la persona. Somos un equipo. Todos tenemos un mismo objetivo. La relación, en cualquier caso, ha mejorado. Hay que trabajar codo con codo. Lo que he sentido es que nos ven con más fuerza. Me he sentido valorada por ellos.

¿Les ha servido lo vivido para detectar puntos de mejora?

Muchísimo. La pandemia ha puesto de manifiesto que podemos hacer las cosas mejor. Tenemos una capacidad de resolución que hasta ahora no habíamos descubierto. Estos dos años han puesto en evidencia los agujeros del sistema a nivel informático y asistencial. Y hemos sido capaces de mejorarlos en un tiempo muy inferior al esperable antes de la pandemia.

¿Se exigen más ahora?

Toca retomar todo lo que dejamos a medias antes de la pandemia. Por un lado tienes una sensación de vacío al pensar en la bajada de la última ola, cuando ya sabíamos que las siguientes serían diferentes porque ya habíamos vacunado con terceras y cuartas dosis a la población. Y luego, al mirar atrás y ver todo lo que hemos sido capaces de hacer en poco tiempo tienes otra sensación, la de que no nos podemos dormir en los laureles. Sabemos que somos capaces de mucho más de lo que pensábamos. Siempre habrá un antes y un después de la pandemia en nuestras vidas profesionales y personales.

¿En algún momento se ha replanteado su vocación?

Cuando he desempeñado mi labor como enfermera base y como supervisora, donde estuve catorce años, no. Nunca. Me encanta mi profesión y el paciente. Durante los últimos años, en la gestión, he pasado momentos muy duros y sí que se me ha pasado por la cabeza volver a lo asistencial. ¿Dejar la profesión? En algún momento de locura dices «¿qué hago aquí?» y quieres salir corriendo, desaparecer, piensas «tierra trágame». Eso es algo que no me había pasado nunca hasta estos últimos años. El feedback del paciente es un motor importantísimo para mí. Soy muy asistencial y echo mucho de menos al paciente.

Que está deseando volver, vaya.

Bueno, soy un poco montaña rusa. Unos días pienso que quiero volver ya y hay otros en los que pienso que con todo lo que he aprendido estos años y que ahora es cuando más segura me siento en la gestión, pues que no. Son sentimientos encontrados, pero cuando me paso por las unidades de especialización sí que pienso que me pondría el uniforme y me quedaría ahí atendiendo a pacientes.

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