Sigue rodando la Ley de Turismo en su tramitación parlamentaria, a pocas semanas, se prevé que será en junio, de que llegue a término la incorporación de enmiendas por parte de los grupos parlamentarios y quede, por fin, el texto definitivo. Ayer fue el turno de lucimiento del PI, que escenificó con los partidos del Pacto, PSOE, Més per Mallorca y Unidas Podemos, un acuerdo cerrado también con el sector hotelero, que ve cómo se suaviza una medida que generó tanto rechazo como la de la moratoria: la de las reformas hoteleras ligadas obligatoriamente a la pérdida de plazas.

Con el beneplácito de la Federación Hotelera de Mallorca, invitada de excepción en el Parlament, con su presidenta, María Frontera, entre otros dirigentes de la patronal, se pactó que continuará la mejora de la planta mitigando la reducción de plazas, además de que los establecimientos de hasta 150 habitaciones estarán exentos de decrecer.

También los regionalistas han acordado con socialistas, ecosoberanistas, podemitas y empresarios que los establecimientos obsoletos de 1 o 2 estrellas y los hostales podrán cambiar su uso bien para reconvertirse en viviendas, incluyendo parte de VPO, o para uso sociosanitario (residencias) o administrativo, fórmula que se estrenó al inicio de la pandemia, en mayo de 2020, vía decreto de medidas urgentes, sin que fructificara.

Así las cosas, con estas medidas, más otra enmienda de los regionalistas —los establecimientos que dispongan de camas catalogadas como «históricas» se librarán de la obligación de instalar camas elevables, demanda de los agroturismos, hoteles rurales u otros alojamientos singulares—, se escenificó ayer un acuerdo en la Sala Verde del Parlament refrendado por la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM).

Las aportaciones del PI, partido que «siempre está al lado del turismo y del sector», declaró Josep Melià, su portavoz parlamentario, han sido «enmiendas constructivas», remachó el conseller Iago Negueruela. Para el titular de Modelo Económico, Turismo y Trabajo ayer se «mejoró» el texto legal «en todo lo que se tenía que mejorar», sin que nadie se acordara del sector del alquiler vacacional que vuelve a quedar tocado con la norma. Con los cambios de uso que se permitirán para alojamientos de baja gama, en los edificios resultantes, donde estará prohibido el alquiler turístico, será obligatorio incluir un 50 % de VPO y en el caso de parcelas de uso turístico, el porcentaje será del 30 % para viviendas de protección oficial.

La empresa que haga el cambio de uso deberá subrogarse todos los trabajadores al nuevo establecimiento donde traslade las plazas turísticas (ha de ser un hotel de cuatro o cinco estrellas), para que se mantengan los empleos. Para controlar estos traspasos se creará una comisión con presencia sindical.

Se facilita la modernización de la planta hotelera unida al descenso de plazas en los alojamientos que amplíen instalaciones. Si con el decreto ley vigente desde el 11 de febrero se estableció un máximo del 15 % de edificabilidad con una reducción obligatoria del 5 % de la capacidad, ahora ese descenso variará entre el 1 y el 5 % de plazas dependiendo del porcentaje de ampliación con ese techo máximo fijado. Más la excepción con los hoteles de hasta 150 habitaciones exentos de decrecer.

Para Melià se logra «un punto de equilibrio» para que los hoteleros sigan modernizando alojamientos sin perder plazas. Los ecosoberanistas consideran que se avanza a un modelo de turismo más sostenible, se da «herramientas al sector» y se afronta la problemática de vivienda en las islas, declaró su coordinador, Lluís Apesteguia. Y desde Podemos, la diputada Antònia Martín defendió la ley balear por ser innovadora, poder «exportarse» y apoyar al sector primario.

El PP se queda fuera de la foto

Negueruela logra el apoyo de Més per Mallorca y Podemos, así como de los hoteleros de Mallorca y el PI

El Parlament vivió ayer un suceso inédito que marca un precedente: por primera vez los hoteleros entraron en la Cámara autonómica para suscribir un acuerdo alcanzado por los partidos de izquierdas con el centroderecha balear. Además, la noticia del pacto con el PI se conoció a media mañana, mientras tenía lugar la sesión de control al Govern, lo que provocó que la intervención del portavoz del PP, Toni Costa, quedara totalmente diluida y dejó al principal partido de la oposición en una situación de fuera de juego.

El conseller de Turismo, Iago Negueruela, consiguió así un nuevo triunfo con la adhesión a la ley turística de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) y los regionalistas en un espacio con un simbolismo enorme, ya que la fotografía del momento se producía en la sede de la soberanía popular. La metáfora era evidente y, con este movimiento, después de meses de vaivenes y críticas al decreto ley de Turismo, el titular del ramo en el Govern volvió a descolocar a un Partido Popular que trata de encontrar las grietas al acuerdo estrella del Ejecutivo, de momento con poca efectividad.

La instantánea principal, en la que aparecen los representantes de PSIB, Podemos, Més per Mallorca, el PI y los hoteleros fue considerada por muchos de los que participaron en las negociaciones como una «victoria capital», pese a que alguna formación tuvo dudas hasta el último momento sobre si debían aparecer en la foto. Pero finalmente estuvieron todos, en un retrato que quedará para el recuerdo.

La presidenta de la FEHM, María Frontera, evitó hablar sobre el decrecimiento turístico y se limitó a dejar claro que su apoyo se circunscribía al acuerdo con el PI, aunque la realidad fue que aparecían en la foto junto a toda la izquierda y, concretamente, junto a Podemos.

«Ha vendido al sector»

El PP trató de posicionarse en sede parlamentaria como la única alternativa al modelo de decrecimiento. Su portavoz, Toni Costa, admitió que los datos de ocupación y reducción del paro eran «un buen inicio de la temporada turística y confirman que el turismo vuelve a ser el motor económico». Aun así, afirmó que la presidenta del Govern, Francina Armengol, se había «quitado la careta» con el decrecimiento y le preguntó «a cuántos puestos de trabajo, pequeñas y medianas empresas y autónomos» está dispuesta a renunciar: «Ha vendido al sector a cambio de mantener el Pacto».

Armengol ofreció una respuesta mucho más pausada de lo habitual y con un tono más bajo respecto a otras semanas porque era consciente de que lo importante venía después. Incluso estuvo presente en los momentos previos a la constatación del acuerdo y se marchó sin hacer ruido para dejar el protagonismo a su conseller y los demás implicados. La socialista se limitó a decir que para atraer a menos turistas pero de mayor calidad «hay que tomar decisiones». Y concluyó con un dato: «Le digo otra noticia para que esté contento: desde que gobiernan las fuerzas de izquierdas hemos tenido el récord turístico de 2019 y vamos a por otro en 2022».