Diario de Ibiza

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Entrevista Marisina Marí Presidenta del la Fundación Conciencia

Marisina Marí: «Hay menores de Ibiza que sufren abuso sexual y la falta de pruebas impide que se les dé tratamiento»

Señala que hay familias que no denuncian por la lentitud de la Administración para resolver el caso

La presidenta de la Fundación Conciencia, Marisina Marí. VICENT MARÍ

La Fundación Conciencia lleva desde 2008 prestando atención social a familias, principalmente en situaciones relacionadas con el maltrato y el abuso a los más pequeños. Desde que se creara, han atendido más de un centenar de casos en Ibiza y su presidenta, Marisina Marí (Ibiza, 1975), dice que lo más preocupante es que, en la mayoría de ellos, no se consigue proteger al menor.

¿En qué está trabajando actualmente la fundación?

Fundamentalmente en prevención y tratamiento del maltrato infantil en todas sus versiones: física, psicológica, emocional y escolar. Hay mucho trabajo por hacer porque hay mucho maltrato, incluso involuntario, en el que los adultos no se dan cuenta de que lo están haciendo. Mucha gente piensa que aquí no pasa, que en Ibiza es residual, pero no es así.

Desde su creación, ¿cuántos casos han atendido?

Más de un centenar, pero casos en los que se haya conseguido proteger de verdad al menor, los podemos contar con los dedos de la mano. El resto han sido mejoras, que es importante, pero no suficiente.

Respecto a lo que dice, ¿se ha notado un incremento en los últimos años?

Sí. Con la pandemia ha habido un incremento grande, se han ido destapando cosas. También se nota que la sociedad se va concienciando sobre este problema y, por eso, hay más denuncias y más visibilización a todos los niveles. Esto es positivo siempre y cuando vaya acompañado de recursos para poder atajarlo porque, si solo destapamos lo que hay al final no lo podemos solucionar, no sirve para nada.

Más o menos… ¿de cuántos casos tienen en conocimiento ahora mismo en Ibiza?

Estamos trabajando en unos 50. Hay que remarcar que aquí no se cierran los casos, quedan siempre abiertos. Hay fases y, por ejemplo, en uno trabajamos a nivel judicial, después hay un tiempo de espera porque no se les puede hacer tratamiento al no haber consentimiento por una de las partes. Luego se pasa a otro escalón, en el que se puede hacer tratamiento, etc. Por eso hay muchos casos flotando y que necesitan ayuda.

Del total, ¿cuántos pidieron ayuda por primera vez el año pasado?

Alrededor de una veintena, que es mucho.

De los 50 actuales, ¿cuántos son de abuso sexual?

La mitad, incluso un poco más. El resto son de maltrato físico o bullying.

Claro, que son situaciones que se pueden dar en el ámbito escolar y no solo en el familiar.

Exacto. Lo que pasa es que hay una parte importante que me gustaría remarcar sobre el bullying. Sí se da entre compañeros en las aulas, pero por todo lo que se está estudiando ahora, sabemos que el origen de este acoso está en casa. Los adultos tenemos una forma de reírnos de los demás que cuando luego lo hace un niño, nos llevamos las manos a la cabeza. Pongo de ejemplo el caso de Will Smith en los Oscar con la bofetada después de que el presentador se riera de su mujer. Dicen que, bueno, es un humorista y que es su trabajo, pero si esto pasara en un niño con leucemia que estuviera rapado, este comentario se hubiera traducido en bullying claramente. Si nos acostumbramos a ese tipo de bromas, que a todos nos hacen gracia, la culpa es nuestra.

¿Trabajan desde la Fundación en esto?

Estamos pendientes de hacer unos vídeos de concienciación. Ahora estamos viendo que hay muchas situaciones, que hemos normalizado y vemos como normales, que son los orígenes. Por ejemplo, cuando vemos la tele y hacemos un comentario de una persona que ‘está gordísima’. Y creemos que se puede hacer mientras no se lo digamos directamente o mientras te rías, pero no se entere. Sin embargo, esto es algo que ven los niños y luego ellos no tienen filtros.

"Los casos que se hayan resuelto para poder proteger de verdad al menor, los podemos contar con los dedos de la mano"

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Comentarios en casa y exposición en las redes sociales, también.

Esto es brutal. Concretamente en TikTok nos parece gracioso que los niños bailen y hagan gracias, pero, a veces, tiene consecuencias. Es el caso de un niño de Ibiza que grabó un vídeo y un youtuber muy conocido lo puso entre los diez vídeos más penosos del año o algo así. Ese niño estuvo un año sin ir al colegio. Aquí hay una falta de control increíble. Es muy importante dejar de exponer a los niños en las redes. Cuando este youtuber hace este top 10 está destrozando a diez personas y no sabemos el nivel de recuperación que tienen. No es solo ya filtrar lo que los niños ven, que sí, sino lo que publican. Es una falta de habilidades parentales, deberían tener más información.

Volviendo a los abusos sexuales, ¿cuál es la media de edad de la víctima?

Ronda los 12 años, pero hay casos de niños con tres y de personas adultas que, cuando han tenido un hijo, les ha salido todo el maltrato que sufrieron ellos y lo quieren denunciar o quieren tratarlo.

¿Hay más abuso masculino o femenino?

Es mucho más frecuente el femenino. Además, los familiares que abusan suelen ser hombres. Se dan casos de maltrato por parte de mujeres, pero no sexuales.

¿Cómo llegan estas denuncias? ¿Quién suele denunciar?

Suele venir la madre del menor.

Que entiendo que en la mayoría de los casos lo sabe porque se lo ha contado el propio niño.

En la mayoría, sí, pero también hay casos en los que detectan el abuso ellas y empiezan a sospechar. Muchas veces dudan y les cuesta mucho tiempo asimilarlo, por lo que vienen a denunciarlo tiempo después.

¿Pasa que no saben a dónde acudir a contar lo que sucede?

Claro. A veces vienen directamente y nos dicen: «Igual no es cierto, pero necesito saber qué tengo que hacer para averiguar si mi hijo sufre maltrato». Entonces nosotros les guiamos y, según en qué punto esté el caso, podemos dar unas ayudas u otras. Si necesitan abogado porque todavía no está judicializado; si ya ha pasado eso y necesitan solo tratamiento; si requieren que se haga algún tipo de ayuda para que las gestionen vayan más rápido porque, a veces, se atascan en los trámites o mediación. Cada caso conlleva una gestión diferente. Es importante mejorar los flujos para agilizarlo todo.

¿El abuso sexual suele darse en familias desestructuradas?

Es más frecuente, pero no exclusivo. A veces las circunstancias en familias desestructuradas favorecen más este tipo de casos.

"Muchas personas no denuncian porque les han contado que cierran casos por falta de pruebas. Por eso hay mujeres que huyen con sus hijos, también en Ibiza"

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Pienso en las que están bien, o en las que creen que está todo bien, y de repente se encuentran con una situación así. Es un shock difícil de asimilar.

Exactamente. Tenemos familias que no tienen problemas de ningún tipo y se han encontrado con esto. Como la mayoría de las que denuncian son madres, me centro en ellas, que tienen que asimilar muchas cosas. Primero, la barbaridad que supone y, segundo, que tú elegiste a esa persona para que fuera el padre de tu hijo. Esas madres se sienten culpables. Y hay una tercera pata, que es el maltrato que hacemos a nivel social e institucional cuando no les damos los mecanismos que requiere la situación para solventarla. Lo primero que se hace es dudar porque, como no nos gusta, es mejor pensar que no está sucediendo. Tenemos que tener en cuenta que no siempre hay pruebas concluyentes, pero eso no significa que ese abuso no sea real.

¿Qué sucede en ese momento, cuando la madre les cuenta que cree que está pasando esto? ¿Siempre se denuncia?

Normalmente, sí. La acompañamos a que denuncie. Puede ser en Menores, en el juzgado… también depende de si la familia es protectora o no. Se presupone que si la familia viene a denunciarlo es protectora, pero hay que mirarlo bien. A partir de ahí, se avisa a Fiscalía.

Una vez interpuesta la denuncia, ¿hay sí o sí una valoración pericial?

No siempre. Si entienden que no hay credibilidad previa no se hace una valoración por parte de Medicina Legal. Si se considera por parte del juzgado, sí. Ahora, de hecho, están funcionando bastante bien y no por los medios que hay, sino por la calidad de los mismos.

¿Sigue habiendo solo una psicóloga forense, a pesar de la demanda histórica de incrementar el número de profesionales en la isla?

Sí. Por suerte es una profesional como la copa de un pino y da prioridad a los casos de los niños. Nosotros hemos ofrecido un convenio de colaboración al Tribunal Superior de Justicia para que nuestros psicólogos forenses estén a disposición del Juzgado.

Pero esto viene de hace años…

Y seguimos sin respuesta.

¿Cuánto se tarda en hacer una valoración en Ibiza? Antes hablábamos de una media de dos años.

Esto ha mejorado, pero no por los medios, sino por la involucración. Ahora se tarda meses, pero es necesario que haya, como mínimo, dos personas más allí porque están haciendo las valoraciones de los maltratos, de si conviene más que el niño esté con la madre o el padre en un divorcio… todo esto lo hace la misma persona para toda Ibiza y Formentera.

¿Cuántos casos atiende?

Imagínate. Estamos hablando de todos los maltratos, de todos los divorcios en que se considera que tiene que participar, de todos los abusos… de dos islas.

Estamos hablando de que hay personas que están abusando de menores y que lo siguen haciendo porque la administración es lenta.

Imagínate a la madre que sabe lo que está pasando y no puede actuar. Y tiene que dejar a su hijo con una persona que sabe que está abusando de él.

En este tipo de situaciones, ¿se puede llegar a comprender la huida de Juana Rivas con sus hijos? En un momento, además, en el que un informe médico constataba que los menores sufrían maltrato grave.

Claro que puede entenderse. De hecho, yo creo que más de uno lo haría.

¿Cuánto tiempo pasa entre que se denuncia y hasta que se resuelve?

Entre cuatro y cinco años.

¿Y cuándo empieza el tratamiento?

Hay un problema enorme en este sentido en Ibiza. Tenemos el recurso de la Unidad Terapéutica de Abuso Sexual (Utasi) del Govern, donde siempre reclamamos más medios, pero lo más grave es que los criterios que han puesto para poder atender a los niños son muy restrictivos. Ellos se lavan las manos diciendo que apenas hay siete casos en lista de espera, pero eso es porque no todo el mundo puede acceder.

¿Cuáles son esos requisitos?

El abuso tiene que estar absolutamente acreditado y la valoración hecha, cuando la realidad es que hay muchos casos en los que hay sospechas tremendas, pero no hay prueba; bien porque no está grabado, porque el padre no lo ha reconocido o porque el forense no lo puede determinar en el momento. Pero el tratamiento hay que darlo igualmente porque ese niño ha sufrido un abuso. En el caso de que no haya sido así y sea un invento de la madre, tienen que recibir tratamiento los dos para ver qué pasa ahí. Si es el niño el que se lo ha inventado es muy grave, también, por lo que necesita tratamiento.

¿Solo se puede recibir tratamiento psicológico a través de este recurso?

Sí. Nosotros como fundación ofrecemos este servicio, pero no lo pueden utilizar si no hay consentimiento del padre cuando no hay una decisión judicial. Si el juez, al final, determina que ha habido abuso sexual se deriva a la Utasi, pero cuando tiene que cerrar el caso, por ejemplo, a la espera de más pruebas, ahí se crea un vacío total. Yo entiendo que sin pruebas no se puede meter al padre en la cárcel, pero tenemos que proteger al niño con visitas tuteladas, etc. Tenemos muchos casos en esta situación y la madre no puede actuar porque puede, incluso, perder la custodia.

¿Hay gente que se echa para atrás a la hora de denunciar por esto?

Mucha. Por eso tenemos que intentar que el sistema funcione mejor. Hay personas que no denuncian porque ya les han contado que cierran muchos casos porque dicen que no se pueden demostrar. Denuncias, le hablas mal a ese niño de su padre y te dicen que no se puede demostrar. Entonces vuelve a tener visitas como si no hubiera pasado nada. Imagínate lo que piensa el niño de su madre, que ha contado lo que pasaba y, aún así, le deja con su padre. Por eso muchas intentan huir con los niños, que es lo que hablábamos de Juana Rivas, pero pocas son a las que no encuentran. El castigo entonces es devastador: cárcel sin visitas y custodia total para la otra parte.

¿Hay casos en Ibiza?

Sí, ha habido varios.

El Consell estaba trabajando en la creación de una unidad de valoración de abuso sexual infantil. ¿En qué punto está?

Este proyecto requiere de un proceso largo. Esto no puede ser de un día para otro, pero nos consta que se está trabajando en ello. Además, hay muchas partes implicadas: juzgado, punto de encuentro, nosotros… Es un lugar donde el niño puede ir directamente a denunciar y que todos estén allí presentes con el fin de que no tenga que declarar muchas veces, sino que pueda hacerlo en una sola vez. La idea también es que ahí reciba el tratamiento.

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