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Fitur

Ayuso se convierte en la embajadora de Ibiza

La presidenta de Madrid visita inesperadamente el estand ibicenco tras prometérselo al alcalde de Sant Joan... y la lía

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Isabel Díaz Ayuso quiere comprarse una casa en Ibiza para "echar raíces en la isla"

«Voy a saludarla, a ver si se acuerda de mí», comenta el alcalde de Sant Joan, Antoni Marí, Carraca, a este redactor, que duda que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, le recuerde. Marí cree que sí, que la atendió durante cuatro horas el pasado mes de agosto, justo el día de Sant Llorenç, en su restaurante de s’Illot des Renclí, que es muy amable y cariñosa, que le contó que quiere ir a vivir a Ibiza: «Y vino sin escolta, sólo con la secretaria de Nacho Cano. Anda que si fuera así por Madrid».

El alcalde se dirige al estand de Madrid, a escasos 10 metros y donde Ayuso acaba de dar un discurso. Se forma una melé y, en medio de decenas de personas y de los guardias de seguridad de la madrileña, allí está él, hablando con ella, como dos amiguetes. Como es bajito, apenas se le ve entre tanta gente: «Me ha dicho que luego viene al estand de Ibiza». Este redactor vuelve a dudarlo. Ayuso está muy liada, piensa: acaba de llegar Pablo Casado, presidente del PP, y tiene que atenderle y dar una vuelta al espacio expositivo madrileño. Pero Marí está seguro.

Isabel Díaz Ayuso quiere comprarse una casa en Ibiza para "echar raíces en la isla"

Isabel Díaz Ayuso quiere comprarse una casa en Ibiza para "echar raíces en la isla" José Miguel L. Romero

Pasan los minutos y el alcalde se impacienta: «Ha debido olvidarse. Voy a hablar con los de protocolo de la Comunidad de Madrid», dice en alto. Está preocupado, además, porque el estand de Ibiza está vacío, literalmente: de gente y de políticos. Sólo queda él. Juan Miguel Costa, director insular de Turismo, acaba de irse para ser entrevistado, lejos, muy lejos del gigantesco e inabarcable Fitur. Marí llama a una responsable de prensa del Consell, se lo cuenta: «Oye, que va a venir Ayuso, venid corriendo». Marí no sabe la que ha liado.

De repente, un tsunami avanza hasta el estand de 300 metros de Ibiza. Al frente, con paso firme, botas altas negras y un traje negro con botones dorados, recogida la melena en una coleta, Isabel Díaz Ayuso. Se ha saltado el protocolo, no hace ni caso a sus responsables de prensa ni a su seguridad. Ha prometido a Marí que iría y allí va, cual Juana de Arco. Ni dios la para. «¿Dónde está mi Toni?», exclama al pisar Ibiza. La recibe el alcalde de Sant Joan. Se cogen de las manos, como amigos. Pues sí, se acuerda de él, y cumple su promesa. «Es que, ya que estoy en Fitur, tenía también que hacer turismo», cuenta. Marí le presenta a Juan Miguel Costa, que ha llegado por los pelos: «Uno de mis sitios favoritos es Ibiza», explica al director insular. «Pero tenemos que arreglar lo de los paparazzis», añade. «Estamos trabajando en ello, pero no es tan sencillo», bromea Costa. «Pues es lo único que veo que no lo tenemos arreglado», replica con una sonrisa y le pone ojillos, mientras ladea su cabeza, ese gesto inconfundible marca Ayuso. Costa le recomienda que visite la isla «fuera de temporada». «Pero la foto que me sacaron en el Lecturas fue en abril», insiste Ayuso: «Lo tendré en cuenta», añade la tabernaria.

Díaz Ayuso con el alcalde de Sant Joan J. M. L. R.

No para de sonreír. La presidenta ha arrastrado a decenas de periodistas al, hasta entonces, estand vacío de Ibiza. Y poco a poco se agolpan alrededor decenas de curiosos que asisten a Fitur por otros motivos. La melé que empieza a formarse es monumental. «Este año vuelvo allá. Por lo menos, dos veces al año iré a Ibiza. Me buscaré una casa», le cuenta a Carraca. «¿Me lo dices en serio?», pregunta el alcalde: «Claro, por eso te dije que te iba a llamar». Uña y carne.

Juan Miguel Costa no da crédito. En sólo unos minutos, la presidenta de Madrid (y Carraca) ha hecho más por la promoción de Ibiza que toda la desplegada por las instituciones, cuenta alucinado. Las cámaras no paran de disparar a la presidenta, que detrás tiene el estand de Ibiza de fondo y la imagen de Dalt Vila como decorado. «Con todo el dinero que nos gastamos en promoción y ella ya ha hecho más por nosotros», dice Costa, que no da crédito a lo que supone el ‘huracán’ Ayuso.

La madrileña se deja fotografiar y hacer selfies con todo el que pasa a su lado: con una señora mayor a la que coge cariñosamente de la mano, con los políticos de Ibiza, con la gerente de Adlib, Carmen Sánchez, con dos mujeres que pasan al lado, con una de las responsables de prensa del Consell... Pablo Casado pasó rozó el estand de Ibiza pocos minutos antes y ni miró. Pedro Sánchez, lo mismo, y eso que tiene tantos amigotes en la isla. Los reyes ni giraron la cabeza cuando inauguraron Fitur el miércoles. Ayuso se ha pasado allí casi 10 minutos.

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