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Los centros de salud de Ibiza, al límite por los contagios y por las bajas de los sanitarios

Los usuarios denuncian esperas de hasta doce días para una cita con el médico de familia, situación que la gerencia del Área de Salud reconoce

Varios usuarios, ayer, en el centro de salud de Can Misses.

El elevado número de personas contagiadas de coronavirus y de sanitarios que se encuentran de baja por ser positivos en covid o estar a la espera de confirmar o descartar el contagio han llevado al límite a los centros de salud de las Pitiusas. Hace semanas que los usuarios denuncian que tienen que esperar diez y hasta doce días para una cita con su médico de familia o su enfermera y muchos de los que se encuentran aislados por contagio afirman que se sienten indefensos y preocupados porque ningún sanitario les ha llamado para cerciorarse de que su estado es leve.

La gerencia del Área de Salud de Ibiza y Formentera reconoció ayer que la situación ahora mismo es así de complicada en Atención Primaria y que la demora media para una consulta en los ambulatorios es «más o menos» la que denuncian los usuarios. «Esta situación ha llegado justo cuando, con el esfuerzo de los profesionales, se estaban recuperando de los efectos de la anterior ola», indicaron desde la gerencia, que recordó que sigue tratando de contratar más médicos. «Pero no los hay», lamenta.

Así, en estos momentos, la única opción para tratar de que los pacientes tengan que esperar menos para acudir a una consulta en Atención Primaria son las jornadas extraordinarias, más conocidas como peonadas. Esto es, por ejemplo, cuando un profesional que trabaja de mañana algunos días lo hace también, de forma voluntaria, durante la tarde. En estos momentos cada facultativo de los centros y unidades básicas de salud de las Pitiusas atiende una media de 50 citas diarias, entre presenciales y telefónicas, una cifra muy por encima de las entre 30 y 35 que estaban viendo antes de la explosión de casos de esta ola.

Este incremento de las consultas que debe resolver cada médico en una única jornada se debe, en primer lugar, a un aumento de la demanda asistencial por parte de la población, motivada por el aumento de los contagios de covid. Ahora mismo hay más de 5.000 personas contagiadas [ver página 5], situación que no se había dado, y la práctica totalidad de ellos (más del 99%) son leves o asintomáticos, por lo que si no se sienten bien recurren a su centro de salud no al hospital. Es decir, que la presión hospitalaria que se vivió en la letal tercera ola de hace ahora un año se ha trasladado a la Atención Primaria.

Al elevado número de población afectada se suma la elevada cifra de profesionales sanitarios que están también contagiados o en cuarentena, por lo que permanecen apartados de la labor asistencial. Ahora mismo, según Salud, hay 28 en esta situación, aunque la gerencia asegura que los datos no están actualizados y que son más. Las consultas que debían atender estos profesionales no se cancelan cuando causan baja sino que se redistribuyen entre sus compañeros de centro de salud, que deben sumarlas a las que ya tienen en sus propias agendas.

Desde la gerencia confían en que la aplicación de autorrastreo se generalice y sirva para reducir la presión asistencial en la Atención Primaria, que ha vivido unos últimos días especialmente peliagudos. A la situación de mucha gente contagiada y muchos profesionales de baja se añadía que algunos sanitarios no se habían incorporado aún de las vacaciones de Navidad o se encontraban de puente. Todo esto generó un momento de tensión y confusión en el centro de salud de Vila, donde varios profesionales colgaron un cartel asegurando que no habría consultas presenciales. Un cartel que retiraron poco después, dado que sí se estaban atendiendo citas de pacientes en el propio centro, asegura la gerencia del Área de Salud pitiusa.

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