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Santa Eulària

Los vecinos de Siesta reclaman que se mantenga el centro cultural Can Fita

Ildefonso Bejarano, encargado de este espacio, asegura que lleva dos meses haciéndose cargo de los gastos porque todavía no ha sido posible renovar el convenio entre la Agrupación Siesta y el Ayuntamiento de Santa Eulària, que es el propietario de las instalaciones

Fachada del centro sociocultural Can Fita, en Siesta. J.A. Riera

El futuro del centro sociocultural Can Fita peligra. Al menos eso es lo que denuncian los vecinos de Siesta, que llevan unos días observando cómo se desmantela y temen que este espacio, que lleva más de ochos años dando vida al barrio, eche el cierre. Es Ildefonso Bejarano, el tesorero de la Agrupación Siesta, quien desde el 5 de noviembre está vaciando el local y devolviendo a sus propietarios caballetes y cuadros del taller de pintura que él mismo impartía hasta hace poco en Can Fita. «Estoy cumpliendo la orden que dio el pasado 6 de octubre el Ayuntamiento de Santa Eulària en la reunión que la directiva de la Agrupación Siesta mantuvo con la segunda teniente de alcalde, Antonia Picó, y la concejala de Cultura, María Sol Ferrer. En ese encuentro, en el que el presidente y el secretario de la asociación vecinal manifestaron que no querían seguir en el cargo, se nos dijo que si no se encontraba reemplazo para ellos se cerraba el centro», explica Bejarano. «Gente que quiera colaborar con Can Fita he encontrado muchísima, pero que quieran comprometerse con el proyecto, no», lamenta, tras confirmar que hasta ahora le ha sido imposible hallar a alguien que quiera asumir los cargos de presidente y secretario.

Interior del centro de Can Fita, en Siesta. Magdalena Hernan

El responsable de Can Fita detalla que el pasado mes de agosto expiró el convenio anual que permitía a la Agrupación Siesta gestionar las instalaciones, propiedad del Ayuntamiento de Santa Eulària. Sin convenio, remarca, «ha quedado suspendida la subvención municipal y desde hace dos meses» se hace cargo él mismo de los gastos. «Los vecinos no quieren que se cierre este centro de ocio, cultura y formación», insiste tras recordar que en este espacio, antes de la pandemia, se llegaron a impartir 16 talleres para 148 alumnos. A Can Fita se le sacaba mucho provecho, ya que, además, en él se llevaban a cabo «reuniones vecinales y fiestas para los niños», comenta.

Fue el propio Bejarano, que ahora tiene 86 años, quien creó este centro después de que el anterior alcalde de Santa Eulària, Vicent Marí, ofreciera el local al barrio. «Hice un proyecto, se me concedió y tuve que crear una asociación para que me dieran permiso», detalla. El año pasado, tras declararse el estado de alarma, el centro tuvo que cerrar temporalmente sus puertas. La actividad se retomó hace unos meses, pero, según Bejarano, solo se permitió que estuviera en funcionamiento el taller de pintura con un máximo de cuatro alumnos, además de un taller gratuito de patchwork, que dejó de funcionar cuando concluyó el convenio con el Consistorio.

Por su parte, el Ayuntamiento de Santa Eulària asegura que no tiene ninguna intención de que se cierre el centro y que no ha dado orden de que se desmantele. «Estamos en conversaciones con los vecinos porque queremos que Can Fita continúe, a ser posible con gente de Siesta», afirma.

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