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Nits de Tanit Antonio Márquez Bailarín y coreógrafo

Antonio Márquez: «No se valora ‘Medea’ y es la joya de la corona de la danza española»

El bailarín sevillano y su compañía clausuran esta noche el ciclo Nits de Tanit del Consell de Ibiza y lo hacen a lo grande, con una superproducción que «actualiza, pero respeta la esencia» de la coreografía cumbre del maestro José Granero

Antonio Márquez no actuaba en la isla de Eivissa desde 2008. | SILVIA DEL BARRIO

Hace trece años que Antonio Márquez (Sevilla, 1963) no pisaba un escenario de Ibiza. La última vez fue para representar con su compañía el espectáculo ‘Antonio’ en Sant Antoni, la ciudad que le vio crecer y en la empezó a formarse como bailarín de la mano de sus maestros en la isla, Paco Torres y María Martín. El sevillano lo recuerda durante una conversación telefónica con Diario de Ibiza unas horas antes de viajar de Madrid a la isla, donde esta noche, a las 22 horas, actuará para clausurar el ciclo Nits de Tanit. Las entradas para el evento, en el recinto exterior de la sede de la UIB, están agotadas.

Imagen de la coreografía ‘Medea’ que hoy la Compañia Antonio Márquez presentará en Eivissa. | SILVIA DEL BARRIO

Sé qué tenía muchas ganas de regresar a Ibiza para actuar. ¿Cómo ha surgido la ocasión?

Estoy súper contento e ilusionado. Este verano cuando estuve en la isla para ver a mi familia hablé con la consellera de Cultura de Ibiza, Sara Ramón. Como ya realmente poco me queda para retirarme de las tablas, me apetecía que antes me viera actuar la tierra en la que crecí y la que me educó y que el público disfrutara de esta joya que es ‘Medea’. He intentado siempre ir lo máximo posible a mi isla. Tengo siempre a Ibiza en mi corazón. De hecho me apodaba Antonio de Ibiza cuando estaba en el Ballet Nacional.

Suena a que se va a retirar dentro de nada...

A ver, seguiré bailando el tiempo que pueda, hasta que el cuerpo aguante. Yo ahora vivo al día. Mi intención no es dejarlo. Tengo una edad, 58 años, y todavía no he visto a ningún bailarín hacer con mi edad las burradas que hago yo. Pero esto no creo que se pueda mantener durante mucho tiempo.

Con los años que han pasado desde su última actuación en la isla, regresar y hacerlo con una superproducción y todavía en plena pandemia es una hazaña...

Sí, menos mal que ha sido posible. Ha sido un año y medio muy duro para todos. Prácticamente toda mi familia se dedica al turismo y a la hostelería y sé lo difícil que ha sido en la isla, porque ahí se vive de eso. En el caso de la danza ha sido muy caótico porque tenías que trabajar todos los días y no podía ser telemáticamente sino presencialmente y no todo el mundo tiene un recinto donde poder ejercitarse y practicar. Hay personas que lo han dejado. No ha habido ningún tipo de ayudas para la danza y hay mucha gente que lo está pasando mal. Mi lucha es que vaya saliendo cada vez más trabajo y mantener la compañía maravillosa que tengo, compuesta por 30 personas y con 23 bailarines en escena. Es ahora mismo la compañía privada de danza española más grande que hay en España y no está recibiendo el apoyo que merece.

«Lo que más me gustaría es encontrar un mecenas que apoye a nuestra compañía»

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¿En qué situación se encuentra la compañía?

Cuando había alguna posibilidad de acogerse a ayudas del Ministerio de Cultura, mi empresario y yo hemos intentado dársela a los bailarines para que pudieran tomar clases todos los días. El mes de mayo lo cogimos prácticamente a taquilla para que la compañía después de la pandemia pudiera trabajar y seguir subsistiendo. Ha sido muy duro, pero ahí ha estado la compañía apoyando y sigue haciéndolo con toda su alma para que este proyecto no se pierda. Llevamos 26 años de trayectoria como compañía y un palmarés impresionante. Este mismo año, en mayo, en el 25 aniversario del Festival de Jerez nos han dado el premio al Mejor Espectáculo y ahora, evidentemente, tenemos funciones, pero no suficientes. Mantener una compañía con una función cada dos meses no es posible. Lo que siempre estoy reivindicando es que por lo menos nos dejen los teatros, aunque la taquilla ahora mismo es caótica porque los aforos están muy reducidos y no se cubren ni siquiera los gastos. Lo que necesitamos es un gran sponsor o que me patrocinen y que me hagan embajador en Ibiza y que me monten la compañía aquí y yo promuevo la isla por todo el mundo, yo lo lanzo ahí... A ver si encontramos un mecenas que quiera apoyar esta compañía que no le va a dar más que satisfacciones. Una vez que la compañía tiene trabajo se autofinancia ella sola, lo que necesitamos es que no se nos vayan los bailarines. Encontrar ese mecenas me encantaría, sería el regalo de despedida más grande que me pudieran hacer.

¿Ha sido complicado entonces sacar adelante el montaje?

Tuvimos que hacer un desembolso muy grande, justo antes de la pandemia, para hacer frente a los costes del vestuario y la escenografía de ‘Medea’, que estrenamos en Valladolid en octubre de 2019 y el Ministerio de Cultura ni siquiera nos ha dado una palmadita en la espalda. Es muy duro. Está muy bien que al fútbol se le den millones y millones, pero es muy triste que no se le dé nada a la danza clásica española, un patrimonio único en el mundo, y que no se ofrezca el apoyo necesario a los bailarines y a esos maestros que promovemos nuestro patrimonio. Yo ya llevo 50 años en esto. Ahora la Unesco me acaba de hacer embajador honorífico del arte por el mundo. Que fuera reconozcan la labor que estás haciendo llevando la danza española por todos los rincones del mundo y que no lo hagan en tu país es triste. Yo puedo aguantar, pero he tenido bajas en la compañía y eso me duele. Muchos han dejado el baile para dedicarse a otra cosa. Es una pena.

¿Qué representa ‘Medea’ para la danza española?

Es la joya de la corona de la danza española. Para todo los bailarines que han podido representar esta obra, ya sea de cuerpo de baile, de solista o de primeros bailarines, ha sido un verdadero honor y orgullo. Sin embargo, es una obra que no ha estado en la cartelera como debería estar. No se le ha dado o no se le ha querido dar el valor y el éxito que se merece. Al igual que ballets clásicos como el ‘Lago de los cines’ o ‘Giselle’, ‘Medea’ es una obra que debería estar siempre en repertorio y que la gente debería conocer y que se debería enseñar en todos los conservatorios. En España no damos valor a lo nuestro.

Para usted, además, ‘Medea’ tiene un valor especial.

Me crié con ‘Medea’. Llegué al Ballet Nacional a finales del 81 y en el 84 se montó esta gran obra del maestro Granero y hasta hoy la he estado interpretando en el papel de Jasón y de otros personajes y con diferentes elencos. En esta reposición Javier Palacios, que es el heredero de todos los derechos artísticos y coreográficos del maestro José Granero, ha hecho la dirección artística. Esta reposición ha sido como un sueño, algo mágico. A pesar de todos los inconvenientes que nos hemos encontrado, la volvería a hacer otra vez. Me ha dado tanta vida y hemos recibido tanto de esta coreografía... El maestro se tiene que sentir orgulloso ahora mismo de ver su obra tan cuidada y donde debe estar.

"Con los años he ganado en madurez, sensibilidad y generosidad"

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¿Ha sido fiel al montaje original?

Ten en cuenta que han pasado casi cuarenta años y que ha evolucionado mucho la danza. Lo importante es mantener la esencia, pero no calcar. Eso es lo que hemos hecho nosotros. Hemos actualizado la coreografía sin perder la esencia.

¿Cómo es el Jasón de 58 años?

Es un Jasón que tiene una madurez y una sensibilidad tal que ya no se le escapa ningún detalle. Recuerdo que la primera vez que interpreté a Jasón me perdía muchos detalles de la propia Medea y de la nodriza. Con los años también tengo otra visión, sé disfrutar de cada instante, de cada gesto de cualquier persona que está en escena. Además, bailando realmente me siento como cuando tenía 28 años. Las piernas me responden, no tengo ningún tipo de lesión, me fatigo muchísimo menos, respiro mucho mejor, vamos, que lo único que han pasado son los años. He ganado sobre todo en regalar, en la generosidad de dar a los demás su sitio. De hecho, la protagonista es una mujer, no soy yo. Tengo una Medea, Helena Martín, que es una diosa, es increíble. Luego está Paula García, que baila un solo, Curro, que viene como artista invitado, Lupe Gómez, Alba Franco, Jairo Rodríguez, Alejandro Muñoz, José Cánovas...en fin cada uno de los bailarines tiene su parte en la que se pueden lucir.

Además de ‘Medea’, háblenos de las otras piezas que van a interpretar.

‘Medea’ es la obra que cierra el espectáculo. En la primera parte tenemos una coreografía que se llama ‘Macadanza’, con música de Camille Saint-Saëns y coreografía de Javier Palacios, interpretada por toda la compañía. Después hay un solo, que es el cuarto movimientos de ‘Symphonie espagnole’, que lo baila Paula García, repuesto por Virginia Domínguez y dirigido por Javier Palacios y luego la tercera pieza es el ‘Bolero’ de Ravel, con coreografía de Currillo y mía, que es una de las obras más emblemáticas de la compañía. En ese número tengo una pequeña intervención y después del descanso, ‘Medea’.

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