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Ibiza se queda sin mano de obra en una temporada corta e incierta

La falta de trabajadores en el sector turístico por la incertidumbre y el precio de la vivienda agrava la situación

Imagen de archivo de las terrazas de la Plaza del Parque, este año Vicent Marí

La falta de personal sigue siendo un problema para las empresas pitiusas del sector turístico porque implica una mayor carga de trabajo y una menor calidad en el servicio. Pero este problema también es señal de que el turismo sigue siendo una actividad con demanda y futuro, apuntan desde la CAEB. De hecho, los representantes de las patronales se muestran satisfechos con los datos de julio y agosto, pero matizan que mayo y junio no pueden recuperarse y aún no se atreven a calificar esta temporada de buena.

Desde la CAEB recalcan que el origen de la falta de empleados se debe buscar en la incertidumbre que hubo a principios de la temporada: «No comenzó hasta principios de julio y en ese momento algunos países europeos recomendaban no viajar, aparte de que tampoco sabíamos qué pasaría con el Reino Unido», explica José Antonio Roselló, vicepresidente ibicenco de esta patronal. En cuanto se flexibilizaron las medidas y se abrió la economía, «enseguida arrancó la temporada» y apareció el problema de la falta de personal por el aumento, de golpe, de la demanda.

Imagen de archivo de las terrazas de la Plaza del Parque, este año Vicent Marí

Diferentes causas

Esta situación provoca, recuerda Roselló, que «trabajadores que venían de fuera para hacer la temporada ya no lo hagan, porque alquilar una casa te compromete y los empleados no saben cuánto tiempo van a poder trabajar». Por su parte, Fernando Fernández, secretario general de UGT en las Pitiusas, señala que inciden tres factores: «Lo que paraliza la llegada de trabajadores es la incertidumbre de la temporalidad: el no saber cuánto tiempo se va a trabajar, el precio de la vivienda y la situación del covid». Aun así, Fernández celebra que hay pocos trabajadores en ERTE porque prácticamente todos los fijos discontinuos han podido reincoporarse a sus puestos de trabajo.

Reajustes de plantilla

Con todo, en el sector han tenido que reajustarse las plantillas y los horarios. A esto se suman las cuarentenas por contagios de covid, algo que ha ocurrido, sobre todo, y según Roselló, en los restaurantes y en los hoteles. Asimismo, recuerda que las fiestas ilegales también son un foco peligroso de contagio y que deben atajarse.

Tanto Fernández como Roselló coinciden en que aunque la temporada pueda prolongarse hasta octubre o incluso la primera semana de noviembre, es difícil recuperar los meses perdidos de mayo y junio: «Es difícil recuperar lo perdido», reiteran. Además, Roselló subraya que los empresarios siguen cargando con la mochila de la situación económica provocada por la pandemia y de los meses anteriores a julio y agosto, por lo que la situación es difícil «a nivel económico y financiero» a pesar de las buenas cifras de julio y agosto: «Las empresas están cubriendo a duras penas todos los malos datos de meses pasados».

Un grupo de turistas llega a Sant Antoni Toni Escobar

Roselló sí se muestra optimista en cuanto al futuro: «Que falten trabajadores en el sector turístico es un termómetro que demuestra que el turismo sigue siendo una actividad deseada por la gente y que sigue teniendo un horizonte, un futuro». De hecho, confirma que de momento se prevé «un mes de septiembre digno».

Ana Gordillo, presidenta de los hoteleros (Fehif), explica que el objetivo ahora mismo es que no haya una devaluación en el servicio que se da a los turistas por la falta de trabajadores. «Además, esto hace que el día a día sea más complicado y estresante», apunta.

A pesar de todo, Gordillo se muestra satisfecha con julio y agosto (en julio, dice, la ocupación hotelera rondó el 70%), pero a la hora de hacer balance se muestra muy prudente con lo que queda de temporada: «Se puede dar cualquier situación que trastoque los buenos datos de ahora, como ya ocurrió el año pasado y teniendo en cuenta que dependemos de las decisiones que toman los países emisores», comenta en relación, por ejemplo, a la inminente revisión de su semáforo que realizará Reino Unido.

Mayor carga laboral

En cuanto al día a día de las empresas que funcionan con una plantilla reducida, Alfonso Rojo, presidente de Pimeef, señala que hay «mucha carga de trabajo, momentos de tensión» y que «la temporada ya comenzó con problemas de personal debido a que hay empresas que no habían contratado al 100% de la plantilla inicialmente porque en junio no se trabajaba al mismo nivel que ahora». «También hay fijos discontinuos que han dejado de venir», añade.

Rojo insiste en que a pesar de los buenos datos actuales, «no se puede hablar de una temporada normal»: «No olvidemos que hay quienes no abrieron hasta principios de julio, además de que algunos de nuestros asociados no han podido trabajar este verano», explica Rojo, que recuerda que no todos los sectores están teniendo el mismo ritmo de trabajo y que precisamente por esto es precipitado hacer un balance general de la temporada. Pero admite que se sienten «sorprendidos» por las cifras óptimas de los dos últimos meses: «Los que más afectados se han visto son los negocios vinculados al ocio y los más dependientes del mercado británico», matiza.

Una camarera sirve unas cañas en una terraza J.A.RIERA

El presidente de Pimeef augura que «octubre puede ser el mes sorpresa» a raíz de los eventos deportivos programados, y que las empresas «no tendrán ninguna prisa por cerrar, ya que la actividad se alargará todo lo que se pueda, evidentemente». «Todos los datos que manejamos nos indican que también habrá una buena temporada en septiembre», agrega.

Como tantas otras empresas, la cadena hotelera Insotel Group sigue buscando trabajadores a finales de agosto. Su CEO y director general, Javier Marí, confirma que faltan empleados, principalmente en cocinas, en los comedores de los hoteles y en los equipos de camareras de piso. «Pero donde más cuesta encontrar profesionales cualificados es en cocina», subraya.

«La falta de profesionales es un tema de difícil solución y cuesta mantener la misma calidad de siempre, la acabamos consiguiendo, pero a marchas forzadas. Cuesta seguir la carga de trabajo que tenemos», explica Marí, que agrega, por otro lado, que en Insotel tienen la suerte de tener unas plantillas de fijos discontinuos «muy grandes y bastante estables». «Los que faltan son los eventuales y los que se infectan o no pueden venir a la isla por otros motivos, personales en algunos casos», cuenta.

Marí lamenta que no ayuda la falta de alojamientos «con precios razonables». «Durante el invierno, como no se sabía lo que iba o ocurrir, creemos que algunos trabajadores eventuales de la Península o de fuera se han buscado la vida fuera de Ibiza», razona.

Sin una buena temporada

Preguntado por si considera que esta sería una buena temporada en caso de mantenerse los datos actuales de ocupación hasta octubre, Javier Marí responde que no: «Aunque está siendo mucho mejor que la del año pasado, estamos ante una temporada muy difícil».

Marí señala que tienen la mente «en lo que ocurra en las próximas semanas y en cómo se comporten los mercados emisores, sobre todo Alemania o Gran Bretaña, que puede que adopten nuevas decisiones». No obstante, actualmente la media de ocupación en el grupo Insotel llega al 80%, dependiendo del hotel.

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