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El temor a un rebrote impide revisar las restricciones en Ibiza antes de Semana Santa

Javier Arranz destaca la buena situación epidemiológica de la isla en estos momentos

Javier Arranz, este mediodía.

Si en unos días no fuera Semana Santa el portavoz del Comité de Gestión de Enfermedades Infecciosas de Balears, Javier Arranz, no tendría dudas: revisaría las restricciones en la isla de Ibiza con la intención de rebajarlas, dada la buena situación epidemiológica de la isla. El hecho de que en el horizonte del calendario estén esos días de vacaciones, sin embargo, hacen que el experto de la conselleria no crea conveniente relajar las medidas para frenar el contagio del coronavirus en la isla, que es la que tiene las restricciones más duras en estos momentos a pesar de que las incidencias son de las más bajas de las islas.

El experto se ha mostrado preocupado por la prevención de los contagios. "En el momento en que hay más de 50 casos por cien mil habitantes, cualquier pequeña subida dispara los contagios y ya vamos tarde", ha señalado Arranz, que ha insistido en que "diez días después" de alguna celebración como Navidad, puentes "se ve un aumento importante de casos". Por este motivo el portavoz del comité ha defendido mantener medidas de prevención hasta pasadas las fiestas de Pascua. "Para que diez días después no tengamos una incidencia de 200 casos", ha justificado Arranz que, de hecho, ha afirmado que la diferencia entre las tendencias que registran Mallorca (subiendo) e Ibiza (bajando) tiene que ver con el hecho de que aquí haya restricciones más duras.

De la misma manera, el médico ha reiterado en varias ocasiones que el aumento de los contagios no está únicamente relacionado con los lugares sino, más importante, "el comportamiento" que mantiene la gente. El experto cree que no tiene mucho sentido hacer PCR a los pasajeros que viajen entre islas, ya que la incidencia es similar.

El portavoz del comité ha evitado una vez más comentar el comportamiento de los políticos. Arranz no ha querido mojarse mucho sobre la polémica comida de trabajo celebrada en el Ayuntamiento de Ibiza y a la que asistió la presidenta del Govern, Francina Armengol, y ocho personas más: "Hay que cumplir al máximo lo que está legalmente establecido y lo que es aconsejable", ha sido su único comentario.

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