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Crisis sanitaria

La restauración de Ibiza ante la nueva fase: «Abrir sólo hasta las cinco es injusto para muchos bares»

Bares y restaurantes de la isla ponen a punto sus terrazas de cara a la reapertura el lunes, aunque el límite horario mantendrá a la mayoría de negocios con la persiana bajada

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La restauración de Ibiza ante la nueva fase: «Abrir sólo hasta las cinco es injusto para muchos bares»

Los negocios de hostelería y restauración de Ibiza han recibido con ansia, pero también con resignación, las nuevas medidas adoptadas por el Govern balear con la entrada de la isla en el nivel 3 de la alerta sanitaria, después de la mejoría en los contagios tras dos meses de semiconfinamiento. Bares y restaurantes podrán desplegar sus terrazas desde el próximo lunes, con un aforo del 50% y únicamente hasta las cinco de la tarde, restricciones que no se aliviarán hasta pasada la Semana Santa en la isla. 

La cafetería Es Vermell de Vila pone a punto su mobiliario. Vicent Marí

Además, no todos los establecimientos disponen del espacio suficiente en la calle para poder reactivar sus maltrechas economías, mientras que muchos otros están enfocados al servicio de cenas y copas, por lo que la hora límite fijada se les queda demasiado corta.

Algunos hosteleros trabajaban ayer en acondicionar sus locales y terrazas de cara a su esperada reapertura. Es el caso del restaurante Kaixo, ubicado en los pasajes del centro de Vila. Este negocio de cocina vasca funcionó muy bien durante el año pasado, «pero cuando paras es tremendo porque hay muchos gastos», lamenta su propietario, Gerardo Doval.

«El lunes empezaremos con siete trabajadores, entre cocina y sala. Hasta las cinco se queda corto, pero peor es estar cerrados»

Gerardo Doval - Propietario del Kaixo

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El empresario donostiarra asegura que «hay mucha necesidad y muchas cosas que pagar», por lo que acepta sin demasiados reproches las limitaciones horarias con tal de retomar la actividad. «El lunes empezaremos con siete trabajadores, entre cocina y sala. Hasta las cinco se queda corto, pero peor es estar cerrados», expone Doval, que «veía venir» este límite horario a media tarde.

«Nosotros ya esperamos reactivarnos desde mediados de abril, es mi idea», argumenta el empresario, que ha podido sortear las deudas gracias a la colaboración de los proveedores y de sus propios empleados. «No nos han perdonado ni media. Nos decían de posponer los pagos, pero es que yo no quiero tener más deudas, quiero pagar lo que tengo y no hacer una bola de nieve. Las ayudas que nos han dado son un piquito de 500 euros de la mutua balear y nada más. Impuestos y seguros sociales se nos han quitado de la cuenta religiosamente», añade Doval, que tuvo que cerrar en enero por fin de temporada y dejar a sus trabajadores en paro.

En la plaza del Parque la situación es todavía peor ya que los establecimientos están más enfocados a un horario de tarde-noche. Marta, socia de Pura Vida, confirma que tienen «muchas ganas de reabrir» después de dos meses con el local cerrado y generando deudas. «Hemos sufrido muchas pérdidas, estamos casi a cero», confiesa esta trabajadora extremeña, que considera «súper pronto» el horario de cierre establecido a las cinco de la tarde .

El Magnus Playa de ses Figueretes también adecenta su local. Vicent Marí

«Pensamos que es una injusticia que cerremos a las cinco y que luego la gente pueda ir al supermercado de la esquina a comprar alcohol. Se sientan por aquí a tomarlo y sin guardar las distancias. Están menos controlados que si estuvieran en las terrazas», subraya Marta, muy crítica con el hecho de que las nuevas medidas para Ibiza no se revisen hasta después de Semana Santa. «Es mucho tiempo con estas restricciones. En otras comunidades, estando igual, ya han abierto hace días y hasta las 10 de la noche», puntualiza, antes de seguir poniendo a punto su local en el casco antiguo de Vila.

Diferencias entre locales 

El establecimiento de la estación marítima del puerto también ha visto muy reducida su facturación durante este último año. Su encargado asegura que «ha sido una ruina total» para el negocio, que ha pasado de dar empleo a 22 trabajadores en un verano normal a 10 en julio y agosto pasados. «El dueño que tiene la concesión tiene otros negocios y ha podido aguantar, pero esto para un autónomo es imposible de sostener. Las pérdidas han sido enormes», explica el empleado de una cafetería que abrirá el lunes con «10 o 15 mesas» y tres trabajadores. Que se levante el cierre perimetral de la isla será un alivio, aunque sin turistas el trabajo será muy diferente al de años anteriores a la pandemia. «Por lo menos ya habrá movilidad con Formentera, a ver si poco a poco vamos saliendo de esto y podemos ir incorporando gente», precisa.

Al cobijo de los nuevos juzgados, en la plaza de Sa Graduada, han emergido un puñado de modernos locales que dan servicio a los trabajadores de la zona. Algunos de ellos están enfocados a los desayunos, los zumos de frutas, los bocadillos o las ensaladas, por lo que capearán mejor las limitaciones horarias que aquellos más dirigidos a las cenas. En The Green Market han acusado la ausencia de terrazas, ya que pueden llegar a instalar hasta 40 mesas, aunque una de sus empleadas asegura que la zona «siempre está activa» y que, por su tipo de negocio, con una buena afluencia de clientes durante las mañanas, no les «afectará» tanto el horario de cierre a las cinco de la tarde en las tres próximas semanas. 

«Pero a la gente le gusta sentarse, por lo que la terraza es fundamental para nosotros», concluye.

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