Angela y Robert Bakker son dos de los primeros turistas extranjeros que han llegado a la isla. Se trata de un matrimonio holandés de jubilados que veranean en Ibiza por primera vez. «Llegamos hace tres días y lo más sorprendente son los negocios, ¡la mayoría no están abiertos!», exclama Angela, sorprendida. Se han alojado en Santa Eulària y comentan que «es una oportunidad única para disfrutar de las playas vacías». «Un poco de miedo sí que da», admite Angela mientras su marido va a buscar la sombra, refiriéndose a la posibilidad de contagio del coronavirus. En una de las terrazas de la zona han tomado asiento un grupo de visitantes italianos. «¡Queremos fiesta!», grita uno de ellos mientras el resto ríe. El más tranquilo del grupo aclara que «llegaron a la isla sin conocer las medidas sanitarias» y que, por lo tanto, se han desmotivado y «están en una ciudad con poca actividad».