Tampoco se celebrará este año la misa Crismal, que tiene lugar el Jueves Santo por la mañana en la catedral, debido a que aún no se ha nombrado a un obispo (que es el único que puede consagrar el crisma) y al confinamiento por la pandemia de coronavirus. En la misa crismal se bendicen dos óleos: el de los enfermos y el de los catecúmenos (bautismo). Además «se consagra el santo crisma, que se mezcla con un bálsamo perfumado que se usa en los sacramentos del bautismo, de la confirmación y del orden sacerdotal», recuerda Josep Lluís Mollà.

Las ánforas de los aceites de las Pitiusas han sido remitidas hace unos días a Valencia mediante mensajería, además de la esencia perfumada, unos 100 mililitros que produce Hierbas de Ibiza siguiendo una fórmula que tiene 1.400 años de antigüedad. El cardenal de Valencia, Antonio Cañizares, los bendecirá y consagrará, respectivamente, en la misa crismal que celebre en la catedral de esa ciudad, y luego los mandará de vuelta a las Pitiusas.