El consumo de agua desalada en Ibiza se ha disparado en la última década un 84%, lo que evidencia la dependencia actual de la producción de las desaladoras para abastecer a la población. En 2009, en Eivissa se consumió un total de 5,8 millones de metros cúbicos de agua de las desaladoras, mientras que el año pasado, tras el primer año completo de funcionamiento de la nueva planta de Santa Eulària, se alcanzó el máximo de 10,7 millones de metros cúbicos.

De hecho, el abastecimiento de agua desalinizada se incrementó el año pasado un 29%, cuando el máximo registrado en los últimos 10 años, hasta 2019, se produjo en 2015 (un aumento del 9,3% con respecto a 2014), el año en que se registró una sequía que puso en jaque a las instituciones por la amenaza de no disponer de suficiente agua en verano para cubrir la demanda. En mayo de 2015, con un consumo de casi 648.000 metros cúbicos, se dio la mayor subida mensual de la serie de la última década (42%). Entonces, las reservas hídricas de la isla habían caído al 32%, el peor dato desde 2005.

La segunda subida mensual más importante de los últimos 10 años se produjo, precisamente, el pasado diciembre, cuando con un consumo de 758.894 metros cúbicos, hubo un aumento del 51% con respecto al mismo mes del año anterior. En agosto pasado, con 1,3 millones de metros cúbicos, se alcanzó el máximo mensual de la última década, un 36,3% más que en 2018.

El abastecimiento de Sant Josep, que tiene una dependencia casi plena del agua desalada, explica el incremento del consumo en los últimos dos meses del año. El alcalde, Josep Marí Ribas, ha pedido incluso a la Agencia Balear del Agua (Abaqua), dependiente de la conselleria balear de Medio Ambiente, más agua desalinizada para atender la creciente demanda de propietarios de viviendas que solicitan engancharse a la red pública por la mejora de la calidad que ha supuesto el suministro de las desaladoras. Se trata de comunidades que se abastecían de redes y pozos privados, que, en su mayoría, están salinizados por la intrusión de agua marina por la sobreexplotación de los acuíferos de la isla.

Pese al incremento de la producción de agua desalada, los meses de verano siguen siendo críticos por la fuerte demanda que se produce. Abaqua ha requerido a los cinco ayuntamientos para que le informen de cuál es la previsión de consumo de agua desalada de junio a septiembre (las demandas diarias máximas) de este año con la finalidad de planificar la gestión de las puntas máximas y garantizar el suministro a todos los municipios. Pide que se justifique con los datos de 2019. Hay que tener en cuenta que el consumo de agua desalada es heterogéneo.

Según los datos de consumo de agua desalada por municipios del año pasado, Vila y Sant Josep son los que tienen una mayor dependencia de este recurso, con un 90,2 y 73,6% del agua contratada (la suma de la desalinizada y la de pozos). Vila contrató 4,2 millones de metros cúbicos de agua desalada y consumió un poco más, al igual que Sant Josep, que de los 3,8 millones de metros cúbicos firmados, finalmente Abaqua le proporcionó casi cuatro millones.

En cambio, Santa Eulària, donde se ubica la nueva planta desalinizadora, es la que consume, porcentualmente, menos agua desalada. El año pasado el suministro total de agua alcanzó los 5,8 millones de metros cúbicos, de los cuales 1,1 millones fueron de agua desalada, un 16,7% del total. Esta diferencia estriba en que Santa Eulària aún dispone de acuíferos en buen estado. Además, los residentes de Santa Eulària se abastecieron con menos agua desalinizada (973.437 metros cúbicos) de la cantidad contratada (1.168.170).

Más agua para urbanizar

En Sant Joan, el porcentaje se situó en el 38,9% y en Sant Antoni, en el 56,2%. La media de la isla fue del 58,1%. Ante estas diferencias, Abaqua pretende ajustar el suministro de agua desalada a cada municipio en función de su consumo real, y no de la previsión de posibles crecimientos urbanísticos. La conselleria de Medio Ambiente ha echado por tierra una urbanización en Cala Corral, en Sant Josep, por no garantizar el suministro de agua suficiente a sus residentes.