La garza real, aunque tradicionalmente depredadora del medio acuático, ha resultado ser un ave muy poco exquisita en cuestiones alimentarias. Es un depredador oportunista que es capaz de variar su dieta en función de las presas disponibles y de la época, así que en los últimos años, los expertos han descubierto que ha incluido entre sus capturas a especies invasoras como las serpientes. En el año 2014, investigadores de la UIB y del COFIB (Consorci per la Recuperació de la Fauna de les Illes Balears) constataron por primera que un ejemplar de garza había devorado una serpiente de herradura ( Hemorrhois hippocrepis), uno de los ofidios invasores en Balears que en estos momentos están poniendo en peligro las poblaciones de lagartijas pitiusas. La garza fue rescatada el 7 de octubre de 2014 tras colisionar con una valla, y en el traslado al centro de recuperación de Mallorca, regurgitó el contenido de su estómago y reveló de esta forma que se había zampado una serpiente. También había restos de mantis religiosas y de saltamontes. Esta primera cita de la interacción de las dos especies, migradora e invasora, está publicada (firmada por expertos de la UIB y del COFIB) en el número del año 2015 del Anuari Ornitològic de les Balears que edita el Grup Balear d'Ornitologia i Defensa de la Naturalesa (GOB).