La travesía de Jesús, cuyas últimas obras de reparación (las terceras) se llevaron a cabo en abril del año pasado, se hunde de nuevo en un tramo, esta vez de la acera situada junto al carril para bicicletas. El bordillo y las baldosas de un área concreta de la acera se ha hundido, lo que ha obligado a colocar unos conos y unas cintas para evitar el riesgo de caída de los peatones. En el carril para bicicletas hay grietas superficiales en casi todo su trazado, además de diversos blandones en la calzada.

El Consell de Ibiza concedió el final de obra a Vías y Construcciones, la adjudicataria de este proyecto, a principios de 2017, pero, según ha podido saber este diario, no le ha devuelto aún la garantía a la espera de que repare los nuevos desperfectos que han ido surgiendo en la vía. Las obras de la primera fase, desde la rotonda hasta la calle de la Gavina, la que tantos quebraderos de cabeza ha ocasionado el Consell, finalizaron a mediados de mayo de 2016.

Según ha podido saber este diario, el departamento de Carreteras de la institución insular recogerá en un informe las nuevas deficiencias de la travesía para que al final del verano, la constructora las repare o bien lo haga el propio Consell con la garantía.

Si no hay imprevistos, se prevé que al final del verano entre en funcionamiento la variante de Jesús, el nuevo acceso a este núcleo urbano que se está construyendo conjuntamente con el desdoblamiento del tramo de Ca na Negreta, por lo que se espera que las obras de reparación de los desperfectos de la travesía no causarán tantas molestias al tráfico. Las fuentes consultadas apuntan que, como las obras aún están en garantía, todos los deficiencias que están surgiendo son atribuibles a la constructora de la vía.

Retraso considerable

La primera fase de la travesía (el 80% del proyecto), con un plazo de ejecución de 45 días, se construyó en siete meses como consecuencia del hallazgo de restos arqueológicos (el rastro de una villa del siglo II antes de Cristo, entre otros elementos) y la modificación del proyecto (tuberías, colectores y cableados) no sólo para conservar el yacimiento bajo tierra sino también para incorporar conexiones a la red de saneamiento solicitadas por algunos vecinos. El retraso en la ejecución de las obras motivó la constitución de una asociación de personas afectadas.

Al surgir los primeros desperfectos (el hundimiento de diversos tramos de la travesía), el Consell encargó un informe que concluía que se habían producido «deficiencias» en la ejecución de las obras y en los materiales empleados, supuestamente para abaratar los costes de las obras.

Este proyecto salió a licitación con un presupuesto de 2,2 millones de euros y, en diciembre de 2014, fue adjudicado a Vías y Construcciones por un total de 1,43 millones, lo que suponía una rebaja de casi la mitad. La modificación del proyecto por la excavación arqueológica incrementó el coste en 143.259 euros, casi un 10% más.

El plazo de ejecución (la primera y segunda fase) era de cinco meses). Pero las obras arrancaron en noviembre de 2o15 (el anterior gobierno del PP optó por aplazar seis meses el inicio de las obras, tal como habían pedido el Ayuntamiento de Santa Eulària y los vecinos de Jesús, para evitar que coincidieran con la temporada turística) y concluyeron algo más de un año después (21 meses si se cuentan los dos periodos de suspensión que sumaron ocho meses de parálisis). Aunque luego se repitieron, hasta en tres ocasiones, intervenciones para reparar los hundimientos de la calzada en diversos tramos, la última en abril del año pasado y que ejecutó otra empresa subcontratada a cuenta de la garantía de las obras.

Reclamación de la constructora

Vías y Construcciones acometió los primeros arreglos pero se negó a admitir la responsabilidad de los desperfectos y, por tanto, a asumir su coste. Atribuía las deficiencias al proyecto elaborado por el servicio técnico del Consell.

La constructora reclama al Consell el pago de casi 155.000 euros por el sobrecoste que, según alega, le produjo la demora de la ejecución de la primera fase motivada, primero por el hallazgo arqueológico y, segundo, por los cambios introducidos sobre la marcha para conectar diversas viviendas a la red de saneamiento. La institución aún no ha cerrado el informe sobre esta petición.