La familia de Ada Benítez, que fue asesinada por su expareja el pasado 17 de septiembre de 2016, lleva 14 meses esperando a que la policía científica de la Policía Nacional de Madrid analice el terminal telefónico de un amigo del homicida que fue arrestado por presunto encubrimiento. También esperan los resultados de este análisis del teléfono móvil del sospechoso los agentes de la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional de la comisaría de Ibiza, que son los responsables de la investigación de este crimen de violencia machista y quienes detuvieron al presunto encubridor.

El abogado de la familia de Ada Benítez, José María Costa, calificó como «algo patético» la enorme tardanza en el análisis del terminal telefónico del sospechoso, más aún en caso tan grave como éste.

Para colmo, fuentes policiales explicaron que, para poder enviar el teléfono del presunto encubridor a Madrid, fue necesario esperar a que un agente de comisaría viajara a la capital "por motivos personales" para pedirle el favor de que llevara el terminal a la policía científica, porque no existe un protocolo que organice un sistema de envío de este tipo de pruebas. La policía científica también tiene pendiente el análisis del teléfono de la propia víctima.

La providencia sobre la diligencias de estos dos teléfonos móviles es del 27 de marzo de 2017, es decir, de hace más de 14 meses.

El sospechoso fue arrestado por presunto encubrimiento, ya que fue quien facilitó al homicida las llaves del piso de la víctima, lo que hizo posible que éste la esperara dentro de la vivienda y, cuando llegó la mujer, perpetrara el crimen. Él alegó que la expareja de Ada Benítez le pidió las llaves porque le había dicho que le quería dar una sorpresa, y él accedió.

Tras declarar en el juzgado de guardia quedó en libertad con cargos, imputado por el encubrimiento del asesinato, después de que la Fiscalía no solicitara para él ninguna medida cautelar.

Huir de la ciudad

Huir de la ciudadAda Graciela Benítez, de 34 años y nacionalidad paraguaya, murió en el interior de su domicilio de Vila, adonde su expareja accedió gracias a esta persona. Allí la esperaba Julio Ernesto Martínez, de 26 años y también de Paraguay, que la acuchilló varias veces hasta matarla. Martínez se deshizo del cuchillo en un parque cercano. Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía encontraron el arma al día siguiente por la mañana. Tras el crimen, el homicida cogió su coche y se fue de la ciudad.

Sobre las cuatro de la mañana, la cuñada de Ada encontró el cadáver y dio la voz de alarma. Los investigadores de la comisaría de Ibiza acudieron al domicilio e iniciaron la búsqueda del criminal.

Pocas horas después, agentes de la policía judicial de la Guardia Civil encontraron, cerca de Cala d'Hort, el vehículo de Martínez, que tenía la puerta del maletero abierta y el motor en ralentí. Los equipos de montaña rastrearon los acantilados y un helicóptero sobrevoló el lugar hasta que, finalmente, localizaron el cuerpo de Martínez al pie del mirador de es Vedrà, desde donde todo apunta que se lanzó. El asesinato causó una gran conmoción en Ibiza y la convocatoria de diversos actos de repulsa contra este crimen machista, que era el quinto cometido hasta entonces en Balears en lo que iba de año y el trigésimo segundo en el conjunto de España.

Ada Graciela Benítez residía en Ibiza desde hacía una década, aproximadamente, y trabajaba en S'Hort Nou, un supermercado de la zona de es Pratet, en Vila.

El día posterior al asesinato 150 personas se concentraron para expresar su repulsa por el asesinato, mostrar «el apoyo y la solidaridad» de la sociedad de Ibiza con la familia y amigos de Ada y decir «basta ya de violencia contra las mujeres», destacó entonces la presidenta de la Associació de Dones Progressistes, que convocó el acto, Beatriz Torreblanca.

El Govern balear anunció que la Abogacía de la comunidad formularía acusación particular, puesto que si bien el presunto asesino se suicidó, hay un imputado como supuesto encubridor.

Según dijo la portavoz del Ejecutivo autonómico, Pilar Costa, los representantes legales del Govern consideran que no hay impedimento para mantener en este caso el principio general del Govern de personarse como acusación en todos los casos de violencia machista con resultado de muerte o lesiones graves.

Los restos mortales de Ada Benítez llegaron a Paraguay a finales de septiembre. Su hermano Juan Vicente Benítez los recibió en el aeropuerto Silvio Pettirosi, en Asunción. Familiares y amigos acudieron para mostrar sus condolencias. Un coche funerario trasladó el cuerpo hasta el lugar donde tuvo lugar el velatorio.

Aunque los amigos se movilizaron para realizar una colecta y conseguir el dinero para la repatriación del cadáver, finalmente se hicieron cargo de los gastos el consulado de Paraguay, el Govern balear, el Consell de Ibiza, Ayuntamiento de Vila y Pompas Fúnebres.