Uno de los rumores más extendidos tras el cierre tras cuarenta años de actividad de la emblemática librería Vara de Rey en el paseo del mismo nombre de Vila, es que en estos locales se instalaría una cafetería de Starbucks, una cadena norteamericana de venta de cafés con más de 24.000 locales en decenas de países.

Pero por ahora la única ubicación confirmada de este negocio será el aeropuerto de Ibiza, concretamente en la zona de locales comerciales del primer piso situada justo antes de entrar en los filtros de seguridad, que AENA proyecta ampliar.

Esa ubicación es la elegida para el primer Starbucks, confirmado, en la isla de Ibiza (puede que se abra otro en la ciudad, incluso en el citado local de la librería de Vara de Rey, pero todavía no hay nada oficial). Pero su apertura deberá esperar a las obras que tiene proyectado ejecutar AENA.

Según adelantó a Diario de Ibiza en noviembre del año pasado el director del aeropuerto, Roberto Llamas, en breve se iniciarán obras de reforma de los filtros de seguridad, un proyecto que costará 2,4 millones de euros y que obligará a cerrar este invierno con mamparas gran parte de la primera planta de la terminal.

Básicamente, se duplicará para el próximo verano el espacio disponible para el proceso de seguridad, apuntó entonces el director. También se aumentará el número de filtros de seguridad, hasta seis, y se mantiene el acceso directo para los pasajeros de los interislas.

El pasado mes de noviembre, Llamas reconocía que en verano, «en momentos puntuales», se producen problemas de tráfico frente a la terminal, por lo que han decidido «elaborar un replanteamiento global de toda la zona». Llamas puso como ejemplo que las colas de coches, sobre todo en la zona de carga y descarga provisional situada entre la terminal y el aparcamiento de pago, no se producen cuando hay policías locales (en este caso de Sant Josep) vigilando. «Es matemático, cuando [los agentes] están presentes no se producen retenciones y todo fluye mejor», insistía entonces.

El 'parking' subterráneo

Otro de los problemas que han detectado está relacionado con el aparcamiento, también en la zona de los autobuses del servicio discrecional. Hasta tal punto que se plantean retomar el proyecto para construir el gran aparcamiento de dos plantas frente al edificio principal que estaba previsto en el proyecto de la última gran reforma del aeropuerto, y que finalmente se descartó.