«La Policía me ha llamado y me ha dicho que están casi convencidos de que es él, aunque hasta que no se le practique la prueba de ADN no se podrá saber con certeza. Ahora sólo espero que nos den una respuesta lo más rápido posible». Quien habla es María Jesús, la madre de Marcos Pérez de la Torre, desaparecido junto con su novia, la brasileña Katia Ferreiras Santos, entre el 17 y el 18 de noviembre en Cala Llonga, cerca de Santa Eulària des Riu, a quien podría pertenecer el cuerpo sin vida hallado el pasado domingo en la playa del Dosel, en Cullera, tal como ha adelantado en exclusiva Levante-EMV, periódico de Editorial Prensa Ibérica. La mujer está convencida de que ambos fallecieron «en un terrible accidente».

Los forenses comenzaron ayer la autopsia y ya han tomado muestras biológicas para aislar el perfil genético y cotejarlo con el obtenido de la madre, a quien citaron en la comisaría de Móstoles «a finales de año, poco antes de Nochevieja» para tomarle una muestra -el ADN materno es el más fiable para establecer la identidad de una persona de manera absolutamente fiable-. Si el caso es catalogado como «preferente», la identificación podría conocerse en apenas unos días.

De hecho, el laboratorio puede extraer la secuencia genética de una muestra en apenas 48 horas si se paraliza el resto de casos y se le da prioridad absoluta a éste, aunque rara vez se produce ese hecho.

¿Muerte accidental?

Marcos y su novia llevaban poco tiempo, pero la relación era muy intensa y ambos habían hablado con sus respectivos allegados de sus planes de boda para esta primavera. De hecho, pensaban viajar en Navidad a Brasil, país natal de Katia, y pasar antes, sobre el 12 de diciembre, por Madrid para que Marcos presentase a la chica a su familia. Pero nunca llegaron.

Entre el 17 y el 18 de noviembre fueron con el coche de Marcos -era de su madre, pero se lo había prestado- a Cala Llonga, Allí desaparecieron sin dejar rastro. El vehículo, desguazado por ladrones, fue localizado días después por la Policía Nacional.

De ellos no se supo más hasta que el pasado 18 de noviembre fue encontrado el cadáver de Katia en la playa del Pollo, en Cullera. La reconstrucción de las huellas dactilares permitió identificarla sólo cuatro días después. Uno de los investigadores llamó entonces a la madre de Marcos. «Me dijeron que era Katia, la novia de mi hijo y ya empezamos a pensar lo peor», afirma. De hecho, confiesa que «desde entonces, llevamos esperando la llamada que se ha producido hoy [por ayer]; estos tres meses estábamos temiéndonos la noticia de su muerte».

Ahora, transcurrido este tiempo y tras haber sido informada por los investigadores, María Jesús de la Torre se muestra «convencida de que los dos murieron como consecuencia de un terrible accidente». De hecho, la policía cree que Katia cayó al agua accidentalmente y que él falleció al lanzarse tras ella para salvarla, aunque hasta que no concluyan las autopsias, sólo es la tesis más probable para explicar sus muertes.

El caso está siendo investigado por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la comisaría de Ibiza, ya que las gestiones realizadas por este cuerpo estaban más avanzadas que las de la Guardia Civil, que recibió en su puesto ibicenco de San Antoni la denuncia por desaparición de Katia diez días después de que la Policía Nacional abriese una investigación tras la denuncia de la madre de Marcos en Móstoles.

Caso reactivado

De confirmarse que este segundo cadáver es el de Marcos, el caso podría verse reactivado en el supuestos de que esta autopsia acaba aportando información más determinante que la primera.

De hecho, los investigadores barajaban desde el inicio que tanto Katia como Marcos cayeron, accidental o intencionadamente -en el caso de que se trate de un homicidio- al mar en Santa Eulària des Riu al mismo tiempo. Y los más pesimistas incluso temían que el cuerpo de Marcos no llegase a ser encontrado nunca.