El Ayuntamiento de Ibiza ya dispone del proyecto de demolición del último edificio del residencial Santa Margarita, que ha sido elaborado por sus técnicos. El presupuesto de esta actuación rondará los 100.000 euros, según estiman desde el Consistorio, que trabaja ya en la redacción del pliego de condiciones para su licitación.

La intención manifestada tras la salida del último ocupante del edificio, en diciembre del año pasado, era la de culminar el derribo durante el primer trimestre de este 2017, aunque todo depende de lo que pueda alargarse la tramitación del concurso público.

Esta se considera una intervención urgente, después de que el inmueble fuese declarado en ruina en noviembre de 2016. Ello precipitó las negociaciones para que el último habitante del edificio, Acisclo Marín, se aviniera a dejar el inmueble, en el número 28 de la calle Madrid, tras un mes de delicadas conversaciones con él por parte de los servicios sociales municipales.

Finalmente, aceptó su traslado al edificio Es Pla de Vila, para ocupar el piso que disfrutará en usufructo mientras viva y que le estaba esperando desde hace siete años, cuando la mayoría de sus vecinos dejaron las depauperadas ses Protegides.

El Ayuntamiento quiere ejecutar cuanto antes la demolición para eliminar el riesgo de desprendimientos por el mal estado del edificio y también para evitar la irrupción de nuevos ocupantes en un inmueble que ha declarado inhabitable.

El último edificio de Santa Margarita ocupa un terreno de 933 metros cuadrados. La intención del Consistorio es limpiar el solar y dejarlo preparado como aparcamiento provisional, igual que el resto de los edificios del residencial, mientras se decide qué hacer con este espacio.

En cualquier caso, su desarrollo deberá esperar a la aprobación del nuevo Plan General de Ordenación Urbana, actualmente en fase de estudio de alegaciones.