­Desde hace varios meses, entre dos y tres, a raíz del revuelo que generó la revelación de la prohibición existente desde 1997, en Menorca se han dejado de celebrar funerales de cuerpo presente. Dos funerarias menorquinas apuntan que, temporalmente, hasta que se apruebe la nueva normativa de sanidad mortuoria, han decidido no trasladar los féretros a las iglesias en cumplimiento de la normativa en vigor. El responsable de una de las empresas explica que Sanidad le advirtió, a través de una llamada telefónica, de que se le podría abrir un expediente si mantenía esta práctica prohibida por una cuestión de salud pública.

En el caso de Ibiza, el director de Pompas Fúnebres, Iván Córdoba, asegura que no ha recibido ninguna notificación oficial ni ha habido contacto telefónico alguno en este sentido y que no se ha cambiado la tradición, al tiempo que reitera que, según su criterio, la norma en vigor es «ambigua».

La directora general de Salud Pública, María José Ramos, puntualiza que la conselleria «no ha enviado ninguna comunicación oficial» para recordar que el traslado de los féretros a las iglesias está prohibido, como sí se ha hecho en otras ocasiones por otros motivos. Ahora bien, Ramos no descarta la posibilidad de que el director del centro de la delegación de Sanidad en Menorca o un inspector, «en cumplimiento de la normativa», lo hayan hecho.

Quejas de la gente en privado

El delegado de comunicación de la Diócesis de Menorca, Antoni Fullana, asegura que «la gente se queja en privado» de la nueva situación, aunque sea temporal, pero que, en general, «lo acepta». «En un momento tan sensible, los familiares no tienen actitud para mover nada», justifica.

Las funerarias menorquinas consultadas apuntan que hay de todo: «Personas que lo encajan bien y otras que no». «Esperamos que se pueda arreglar pronto», indica un empresario.