Más turistas, más gasto, más pasajeros en barco y avión, más empleo... La industria turística pitiusa vive una nueva edad de oro gracias a que los empresarios han sabido reinventarse de nuevo. Los datos hablan: más de 7,2 millones de viajeros en el aeropuerto, un 6% más de ocupación hotelera, más de 10.310 vuelos privados de enero a septiembre... Los únicos puntos negativos este año se localizan en la cada vez más acusada sensación de masificación y en el fiasco del turismo del Imserso, que se ha reducido en beneficio de Mallorca.

La caída de este tipo de turismo, que activa los meses de temporada baja e invierno, ha afectado a más de un millar de trabajadores cuyos hoteles no han abierto este año por no recibir visitantes del Imserso.

En cuanto a la temporada, se ha logrado incluso desestacionalizar, el gran reto imposible para todos los políticos de las últimas décadas, y el sector cerró los meses de abril y octubre con mejores resultados que otros años.

El impulso de las ventas de plazas turísticas, gracias en gran medida a la crisis que atraviesan destinos competidores del norte de África como consecuencia de diferentes conflictos, ha permitido aumentar visitantes de todos los mercados: alemanes, británicos, franceses, el nacional... Con mención especial al holandés, que no deja de crecer en los últimos años.

Gran oferta de alquiler

Gran oferta de alquilerPero el buen comportamiento del sector hostelero no refleja la realidad del turismo. El fuerte incremento en el tráfico aéreo (este año se superan por primera vez en la historia, y de largo, los siete millones de pasajeros) se explica por la abundancia de pisos, casas y mansiones privadas que se alquilan a turistas. Gran parte de esta nueva oferta, que además perjudica al alquiler para residentes durante todo el año, no está controlada y contrasta con los esfuerzos del sector hostelero para mejorar su oferta ofreciendo más calidad.

De hecho, y según un estudio del Institut d´Estadística de les Illes Balears, los hoteles pitiusos son los más caros y rentables de Balears, con una tarifa media de 112,4 euros cuando en Mallorca y Menorca no llegan a los 80 euros por noche de media.

Otro dato que confirma la buena temporada en las Pitiusas está relacionado con el turismo náutico. En los meses de mayor actividad del verano, los puertos deportivos colgaron el cartel de ´no hay amarres´ y además las reservas se adelantaron un mes, ya que el incremento de la actividad empezó a notarse durante el mes de mayo.

Incluso las empresas asociadas a la Pimeef, la principal patronal pitiusa, han visto este verano la «salida de la crisis» gracias al aumento de las ventas.

No obstante, y como cada año, los empresarios pitiusos siguen exigiendo más control sobre la competencia desleal.