El temporal y el frío no impidieron ayer la celebración de la fiesta de Can Bonet (el día de la Sagrada Familia), aunque los actos tradicionales como la exhibición de ball pagès tuvieron que celebrarse después de la misa en el interior de la iglesia a causa de la lluvia. Así, los sonadors tocaron dentro del templo mientras miembros del Grup Folklòric de Can Bonet bailaban vestidos de calle. Tampoco se suspendió el también tradicional reparto de orelletes, que muchos asistentes degustaron sentados en los bancos de la iglesia.