Es difícil encontrar la lógica del paseo que ayer dieron los socialistas de Ibiza al secretario general del PSOE por las calles de Dalt Vila, con lo a gusto y tranquilo que debía estar Pedro Sánchez en Sant Miquel. Fueron 45 minutos en los que Sánchez y una docena de sus compañeros pitiusos se limitaron a posar en ese marco incomparable, el mismo que suelen escoger muchas parejas antes o después de la boda para que les quede que niquelado el álbum de fotos. Una decena de fotógrafos y cámaras de televisión se encargaron de inmortalizar esos sublimes momentos junto al Portal de ses Taules, en el Rastrillo, apoyados en la muralla que da al Museo de Arte Contemporáneo... Amén de los propios políticos, que smarthphone (que Sánchez no dejó de teclear todo el rato) en mano colgaban al instante sus propias fotos y selfies en las redes sociales.

Sánchez, impecablemente vestido (camisa azul celeste arremangada, con coderas y metida en los pantalones ajustados con cinturón, muy casual), se prestó a varios selfies con simpatizantes (la verdad, no muchos) y una pareja incluso le confundió con un torero. Menudo chasco se llevaron cuando les contaron que no, que en realidad era un político. Vaya.

Pronto ha aprendido. Mientras subía el Portal de ses Taules con Francina Armengol, secretaria general del PSIB, bien cerca (no se despegó de él en todo el rato, no fuera que otro ocupara esa posición estratégica), Sánchez instó a la prensa gráfica a que subiera delante de ellos: «Es que no os queremos dar la espalda», adujo, quién sabe si por que ya ha probado en carne propia las puñaladas traperas.

El paseo por la Ibiza Patrimonio de la Humanidad eludió sa Penya, no fuera que tuvieran que hablar de cosas serias y no solo del tiempo: Vicent Torres, secretario general del PSOE de Ibiza, dio una lección magistral de meteorología, para lo que se basó en lo que le había contado un lobo de mar pitiuso. Enternecedor. Y a punto estuvieron de pasar de largo el MACE. Sofía Hernanz, amiga y anfitriona, lo evitó: «¿Le enseñamos un poquito el museo, aunque solo sea por fuera?», preguntó a los presentes. «Ay como se entere su directora, ay», clamó Josep Marí Ribas, Agustinet, vicepresidente del PSOE de Ibiza. La directora ni se enteró, pues apenas permanecieron junto a la entrada un par de minutos. Sánchez no vio ni un cuadro.

Como recién salido de la ducha mientras otros, como Agustinet, sudaban la gota gorda al escalar las pendientes de Dalt Vila, sacaba ese mentón de anuncio de colonia cara y lucía su mejor sonrisa profident en cuanto tenía la menor oportunidad, como cuando Hernanz hizo un alto en el camino y le metió (literalmente) en la Peluquería Mary, frente a la sede socialista, donde ella se pone las mechas. Se lo había prometido más de una vez a sus dos dependientas -«que han luchado como jabatas para hacer frente a la crisis»- mientras se recortaba la melena: «¡Mirad a quién os traigo!», les dijo al entrar al más puro estilo ´Sorpresa, sorpresa´. Hubo selfie, cómo no.