D­urante buena parte del año apenas se han visto trabajadores en las obras del nuevo hospital, paralizadas por un desacuerdo económico con la constructora. Los trabajos no avanzaban, pero la gerencia del Área de Salud de Ibiza y Formentera insistía en que no estaban paradas y que la reducción del número de trabajadores se debía a que se estaba avanzando no en la estructura del edificio sino en la urbanización y en la central eléctrica, construida donde antiguamente se encontraba el centro de salud de Can Misses.

El gerente del área de salud pitiusa, Ignacio Casas, decidió cambiar los planes previstos y posponer la apertura del edificio de consultas hasta que el hospital esté completamente acabado. Esta decisión ha condenado a los habitantes de Sant Josep a quedarse sin nuevo centro de salud hasta ese mismo momento (previsiblemente, finales de 2013) a pesar de que las instalaciones están acabadas desde abril de 2011. El Ayuntamiento de Sant Josep ha exigido en varias ocasiones que se abra de forma inmediata. La respuesta es siempre la misma: la conselleria está negociando con la constructora para poder desvincular el centro de salud de las obras del hospital. Hace más de un año que hay reuniones, pero no se ha llegado aún a un acuerdo y el actual conseller balear de Salud, Familia y Bienestar Social, Martí Sansaloni, prácticamente dio por perdida en una de sus primeras intervenciones en el cargo la posibilidad de que el centro pueda abrir antes de que acaben las obras del nuevo Can Misses.

El personal del hospital está deseando contar ya con las nuevas instalaciones, que aumentará la dotación de camas y habitaciones, ya que el actual Can Misses pasa buena parte del año saturado y sin espacio para ingresar a los pacientes que lo necesitan. Durante 2012 los sindicatos y trabajadors han tenido que denunciar en varias ocasiones que había pacientes en los pasillos de Urgencias esperando una cama. Hasta 18 llegó a haber a principios de año, una situación que se ha repetido regularmente y que ha vuelto a ser un problema hace apenas unas semanas, con la llegada de los primeros fríos. Un colapso que se podría evitar, según los trabajadores, manteniendo constantemente abiertas las 14 camas de la tercera planta. Esta se clausuró a finales del año pasado como medida para ahorrar, según confirmó la gerencia del hospital, que, además, durante todo 2012 se ha negado a facilitar los datos de listas de espera del Área de Salud. Esto es algo insólito, ya que, hasta la llegada del PP al Govern, era obligatorio hacerlo cada tres meses, un decreto ley que el equipo de Bauzá suprimió precisamente para evitar tener que hacerlas públicas. A lo largo de este año el Ib-Salut se ha negado a facilitar los datos, aunque ha reconocido que el número de personas que aguardan una operación o una consulta con el especialista ha aumentado.