La operación de limpieza que se llevó a cabo ayer en Cala Gració logró llenar tres contenedores de basura de diversa índole, que se hallaba esparcida por la costa y los fondos del mar. Participaron unas cincuenta personas, entre ellas dieciséis buzos que extrajeron residuos de los fondos marinos.

La iniciativa surgió de la bióloga del Centro de Recuperación de Especies Marinas (CREM) Elisa Langley y de la instructora de buceo Sabine Fontes, y contó con la colaboración de los clubes de buceo Active Dive y Arenal Diving, así como de los grupos ecologistas Amapuchi, Gea y Corazón Verde.

El Ayuntamiento de Sant Antoni se hizo cargo de la infraestructura de limpieza, mientras que los hoteles y establecimientos de restauración de la zona colaboraron aportando alimentos y bebidas para todos los participantes.

La campaña se inició a partir de las 9.30 horas y duró hasta la una del mediodía. Al principio se formaron una serie de grupos que se distribuyeron el territorio que se pretendía limpiar. Para los fondos marinos se formaron dos equipos de ocho buzos; uno se dedicó al interior de la bahía de Cala Gració y el otro a la costa entre esta playa y el acuario de sa Cova de sa Llagosta.

Por tierra se limpió el área del acuario, Cala Gració, el torrente y Cala Gracioneta. Elisa Langley se mostró sorprendida por la gran cantidad de residuos obtenidos en el área del torrente, donde se había llevado a cabo otra campaña el pasado mes de mayo.