Si en pleno siglo XXI la mujer todavía sufre desigualdad social y laboral por el simple hecho de ser mujer, el panorama que existía entre 1880 y 1936 era sencillamente inhumano y así se pone de manifiesto en la exposición ´Dones reconstruïm la història´ que se inauguró ayer en la sala de Cultura de Sa Nostra, en la calle Aragón, en Ibiza.

La muestra ofrece un recorrido a través de la evolución de la mujer en Balears y en España en los ámbitos laboral, educativo, legislativo y reivindicativo durante ese periodo. Fue entonces cuando germinaron las primeras leyes y medidas oficiales para garantizar una mínima atención a la mujer, que alcanzarían su máximo con la II República, pero terminaron de golpe con el franquismo.

La directora del Institut Balear de la Dona –que ha organizado la muestra–, Lila Thomàs, explicó ayer que «las mujeres han sido invisibilizadas por muchos historiadores» y, precisamente, el objetivo de la exposición es «reconstruir la historia, porque las mujeres han sido ocultadas».

Francesca Mas, comisaria de la exposición, destacó que esta iniciativa ha sido posible gracias a tres años de trabajo, en los que ha participado desde Ibiza Fanny Tur. «Queremos dar una nueva visión de la historia y demostrar que las mujeres, a pesar de que a menudo no figuraban, siempre han estado presentes en la industria, en el trabajo y en otros ámbitos», señaló Mas.

En el aspecto jurídico, la marginación de la mujer alcanzaba extremos grotescos, pues el código penal de finales del siglo XIX castigaba a las «mujeres desobedientes a sus maridos». «Para la ley, la mujer era un objeto más que un sujeto», constató la comisaria de la muestra. Ya en la entrada de la sala de Sa Nostra puede verse, precisamente, un esquema cronológico de los primeros y tímidos logros alcanzados en la igualdad femenina, como la Ley Dato, de 1900, que estableció un descanso de tres semanas para la mujer después del parto, con conservación de su puesto de trabajo y una hora diaria para la lactancia. Leyes como esta, pese a su importancia, tardarían en arraigar realmente entre las empresas.

Los progresos de la mujer fueron avanzando lentamente a lo largo de los gobiernos liberales, que favorecieron el asociacionismo femenino y la enseñanza mixta. Con la llegada de la República, el Gobierno hizo un esfuerzo inversor en educación para lograr el avance de la sociedad, pero el franquismo detuvo en seco todos estos progresos durante décadas.

En la muestra aparecen las trayectorias de varias dirigentes sindicales y feministas ibicencas anteriores a 1936, que terminaron sus días represaliadas precisamente por ser algunas de las cabezas más brillantes e inquietas de la sociedad en que vivían.