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Ver galería >En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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En las páginas del enorme e inmanejable álbum conmemorativo del 75 aniversario del Club Náutico Ibiza fueron pegadas (literalmente) las imágenes de «los primeros veleros que surcaron las aguas» del club «allá por el año 1935», se especifica en una hoja; las de las excursiones marítimas de sus socios a sa Torreta (s’Espalmador), Formentera y es Vedrà en los años 1945 y 1946; la de la orquesta que amenizaba los bailes en la década de los años 50; las de los primeros veleros snipe construidos en Ibiza en 1945; las famosas bruixes (1950); la llegada de los primeros optimist (1969) o la creación de la flotilla de 420 en 1974. Muchos llaman al club «la casa». O «mi casa», por lo vivido allí, por cómo se sienten en cuanto entran en el edificio y charlan en la terraza con su pandilla de toda la vida, con la que llevan tomando café, cenando o navegando desde que eran chavales, algunos desde hace algo más de medio siglo. Las amistades que allí se han forjado son eternas.
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