Formentera está estos días vacía. Muchos residentes han optado por salir de la isla para visitar a su familiares o viajar. El éxodo se produjo sobre el 23 de diciembre y se mantendrá hasta el inicio del curso escolar.
Consultados varios establecimientos, como una carnicería, una pescadería y una zapatería, todos han coincidido en que este año la campaña de Navidad ha sido mucho más baja. El motivo es que muchos de los residentes se han ido de vacaciones por lo que actualmente la población se ha reducido a la mínima expresión.
Esta situación hace que queden pocos locales comerciales abiertos. Es decir, que en Sant Francesc el 90% están cerrados, en Sant Ferran quedan tres locales de restauración abiertos, es Pujols está cerrado por obras por lo que ningún establecimiento está abierto. En la Mola solo un bar ofrece servicio y en la Savina está la estación marítima y un par de bares abiertos.
Ante este panorama parece que las casetas de la plaza de la Constitució, en Sant Francesc, pudieran ofrecer un mínimo servicio para la relación social de los vecinos, pero ni siquiera. Las restricciones impuestas por el Consell Insular van más allá de las medidas aplicadas por seguridad sanitaria. Las pocas casetas que hay en la plaza y que se han montado más por voluntad que por rédito económico no están contentas ya que no pueden servir comidas y están limitadas en horario, cierran a las 22 horas.