Joan Yern es un personaje conocido en Formentera no solo porque sigue siendo juez de paz de la isla, sino porque también regenta un reconocido restaurante en ses Illetes. De carácter socarrón y amante de la buena mesa tiene una tendencia natural a terminar sus frases con un guiño de humor, como si quisiera quitar hierro a algunos de los problemas que desde hace años tiene Formentera con la Administración de Justicia, aunque se muestra reivindicativo en algunos aspectos. Como empresario también tiene su opinión sobre temas de actualidad, como las prospecciones petrolíferas.

-Le vuelve a tocar ser juez de paz...

-Sí (risas...), el motivo es que no han podido encontrar a otra persona. Llevó en el juzgado 14 años, empecé con el alcalde Isidor Torres, luego seguí con Juanma Costa y ahora con Jaume Ferrer.

-¿Por qué resulta tan difícil encontrar un vecino dispuesto para ocupar ese puesto?

-Es esclavo e implica responsabilidad. Duermes con el teléfono debajo de la almohada y si suena a las cinco de la madrugada te tienes que levantar y a esa hora no suele ser por algo agradable. Si solo fuera celebrar bodas y registrar recién nacidos sería maravilloso y se apuntaría medio pueblo. Pero lo malo son los levantamientos de cadáveres, los fallecimientos.

-¿Con qué casos se encuentra?

-Es un tema difícil de hablar. Por un lado los muertos por ahogamiento han disminuido bastante, pero luego observo que hay mucha gente de fuera que elige Formentera para quitarse la vida, eso es tremendo. Hay casos de personas que se han tirado por el acantilado del faro de la Mola o que se han ahorcado. En otro apartado estarían las personas mayores, especialmente de origen alemán, que mueren en sus casas, eso sin contar los accidentes de tráfico que quizá sea lo peor. Ese es el lado negro del juez de paz.

-Pero por el lado positivo se han puesto de moda las bodas en Formentera...

-Es cierto, el pasado año tramitamos 77 expedientes de matrimonio. Al principio esto de las bodas lo puse un poco a la carta, facilitando a las parejas que eligieran el lugar como una playa, una cueva, una casa privada o un barco para la celebración. Ahora me arrepiento en el buen sentido. Al final, hemos fijado que en el juzgado celebramos las bodas los jueves y viernes y cuando son los fines de semana se las pasamos al Consell. La verdad es que están de moda de los matrimonios a la carta y nos han llegado a desbordar, aunque sea una de las cosas más agradables.

-¿Qué otros datos tiene sobre la actividad del juzgado de paz?

-En 2013 se han registrad0 58 fallecimientos, de los que 31 eran hombres y 27 mujeres. Por otro lado el dato significativo son los 121 nacimientos, con 56 niños y 65 mujeres. Los juicios de faltas han sido 28 y los actos de reconciliación 20.

-¿Dónde queda la figura del juez de paz como hombre bueno de la comunidad que media en los conflictos entre vecinos?

„De eso también hay, aunque cada vez menos. Antes se daban los típicos problemas de que el ganado de uno invadía el terreno del otro, o alguna discusión por la linde de la propiedad o del camino de paso pero ahora esos casos ya casi no se dan. En cambio, lo que tenemos son juicios de faltas por disputas e insultos a altas horas de la madrugada y como consecuencia del alcohol. Aunque parezca una barbaridad, si yo lo pudiera decidir impondría una tasa elevada cuando se pone una denuncia que termina en juicio de faltas. El motivo es que muchas veces después de todo el procedimiento el denunciante ni se presenta y en casi todos los casos el origen son las borracheras, eso es así. La gente se insulta a las 4 de la madrugada, empujón va y viene y al día siguiente denuncia. En cuanto el denunciado se entera interpone a la vez otra demanda contra el denunciante y así vamos. Esto implica trabajo para la Guardia Civil, para el juzgado de Ibiza y finalmente para nosotros. ¡Qué cada cual se pague las consecuencias de su borrachera!

-¿Con que medios cuenta el juzgado de paz?.

-Ocupamos un despacho cedido por el Consell y usamos una sala para las videoconferencias con otros juzgados y para celebrar matrimonios. Luego está la secretaria y el oficial, este último es el que se encarga de la entrega de las notificaciones y cuando sale utilizamos un taxi porque hemos echado cuentas con la administración de Justicia y sale mejor que comprar un vehículo. Nuestro notificador es un señor, va en taxi (risas...).

-¿En qué podría mejorar la Administración de Justicia?

-Formentera necesita una Justicia más cercana. No sé, se ha hablado muchas veces de este tema y el juez decano de Ibiza conoce perfectamente la situación. Quizá sería bueno que un juzgado se desplazara periódicamente, pero también es verdad que en Ibiza están muy saturados de trabajo. Por otra parte pienso que sería prudente que cada cierto tiempo se desplazara una autoridad judicial, un fiscal, para facilitar las denuncias a determinadas personas, como aquellas que trabajan sin contratos, las personas inmigrantes en situación irregular o las mujeres maltratadas.

-Usted es empresario, ¿qué opina de las prospecciones petrolíferas?

-Eso es una locura y una ruina. Llevamos años, en el caso de Formentera, defendiendo y conservando el medio ambiente, tenemos la pradera de posidonia más rica del mundo. Si pensamos en el daño y el riesgo que corre nuestro futuro y nuestra economía con proyectos como ese solo podemos concluir que mejor coger la maleta e irse.