Si para buscar soluciones al problema de la vivienda no hubo una propuesta unánime durante el debate, para controlar los alquileres turísticos ilegales, sí: más inspección. Pero tanta insistencia en esa solución por parte de todos los candidatos llegó a sacar de quicio a Vicent Torres, presidente del Consell y responsable del departamento de Turismo: «¡Los inspectores no son los hombres de Harrelson!», clamó ante los presentes. Le quedó algo viejuno el símil (más actual hubiera sido una serie como 'Juego de tronos'), pero todos le entendieron: no dan abasto. Hay los que hay.

Iván Ros, de EPIC, le respondió que tiene una vecina que, pese a no pertenecer a los cachas y aguerridos SWAT, seguro que conseguiría detectar más viviendas de alquiler ilegales que ellos. Sabe, afirmó, todas las que hay en su barrio. Hasta propuso que la contrataran.

Vicent Torres le informó de los expedientes abiertos en los últimos dos años, que a su juicio son bastantes, y el dinero de las sanciones, que aunque no pasa de los 200.000 euros también parece darle por satisfecho: «No somos los hombres de Harrelson, pero hacemos lo que podemos», insistió en el símil viejuno.

La vicepresidenta segunda del Consell y candidata de Unidas Podemos, Viviana de Sans, cree que sería necesario establecer en la próxima legislatura una ratio de inspectores por cada 10.000 plazas, lo que, según sus cálculos, permitiría multiplicar por cuatro los que hay actualmente.

En el bloque de materia turística, todos, salvo el propio presidente del Consell, exigieron durante el debate que todo el impuesto de turismo sostenible que se recaude en Ibiza, se quede en la isla. Hasta De Sans subrayó que no debe salir de aquí ni un euro. El socialista Vicent Torres, sin embargo, parece darse por satisfecho con el porcentaje que llega hasta aquí, que él cifró en un 21%, aunque otros aseguran que no pasa del 14%. Vicent Marí, del PP, recordó que, como mínimo, debería regresar el 20%, «pero no llega» ni eso.

En cualquier caso, también reprocharon al presidente que ese impuesto no se invierta adecuadamente. Por ejemplo, Vicent Marí insistió en que en vez de en paseos marítimos y viviendas sociales, debería dedicarse a mejoras medioambientales y «en reducir el impacto sobre el territorio». De Sans, en «paliar los efectos de la masificación».Regreso al hotel

Regreso al hotelPara Arnau Mañas, de Ara Eivissa, el turista debe «volver al hotel» y ha de ser atendido por «pimes ibicencas». Lo primero se antoja difícil porque no hay hombres de Harrelson en la isla para poner coto a los negocios de los malos.

Pino Vidal, de Vox, aseguró que «unos 40 barcos de más de 50 metros de eslora no han venido este año a la isla porque aún no se han habilitado los fondeos ecológicos». Y cree que el alquiler de viviendas viene de perlas al turismo familiar de clase media, que sí puede pagar un apartamento, pero no un hotel. «Lo que no pueden permitirse las familias es un hotel de cinco estrellas», le matizó Mañas. Las intervenciones de Vidal tuvieron la particularidad de provocar la hilaridad de la claque del resto de partidos, especialmente su mención a la violencia de género y a que la prensa oculta las muertes de hombres a manos de mujeres. Lo curioso es que citara un caso del que sólo pudo enterarse a través de los medios de comunicación pitiusos.

Fue en el bloque sobre asuntos sociales donde más chispas saltaron entre los candidatos. El popular Vicent Marí culpó al Consell de «asfixiar y arruinar» a las entidades sociales, «que prestan servicios que deberían dar las administraciones». El popular criticó que la institución no les pagara (o lo hiciera tarde) las ayudas prometidas pese a tener «80 millones de euros en caja».

«Dice Viviana de Sans que doblarán el presupuesto de Bienestar Social la próxima legislatura. Qué más da si luego no lo saben gestionar y el dinero se queda en el banco», redundó Javier Torres, de Ciudadanos. La vicepresidenta, sin embargo, aseguró que ha ejecutado el 86% del presupuesto de ese departamento. «Tenemos maltratadas a las asociaciones», indicó Iván Ros.

Lo que más dolió a De Sans y a Vicent Torres fue la crítica de Vicent Marí sobre la situación del centro de menores de sa Coma: «Es sangrante. Están abandonados allí. ¿Por qué? Porque como son menores no votan», dijo. Estalló Viviana de Sans, que contó que la consellera de Bienestar Social, Lydia Jurado, «llegó al Consell con lágrimas en los ojos» tras ver, al comienzo de la legislatura, por primera vez la situación el centro, que describió como propia de una novela de Dickens: «Parecía un orfanato del siglo XIX». Ya se ha reformado e, incluso, «da gusto pasear por él», cuando antes era infame, según lo describió: «Nunca estuvieron tan bien atendidos los niños como ahora», afirmó.