Transporte

Los patinetes le plantan cara a Renfe

Nace una asociación de afectados por el veto impulsada por un usuario

Rubén Suárez, con su patinete eléctrico frente a la estación de tren de A Coruña.

Rubén Suárez, con su patinete eléctrico frente a la estación de tren de A Coruña. / Iago López

Jacobo Caruncho

La prohibición de transportar patinetes eléctricos a bordo del tren ha sentado como un jarro de agua fría a los usuarios e usuarias que utilizan a diario este medio de transporte, que no encuentran una explicación “ni lógica ni justificada” a la medida tomada por Renfe, que entró en vigor el pasado 12 de diciembre. La medida afecta “a miles de personas” y algunas de ellas han tenido que ingeniárselas para no dejar el patinete en casa y poder seguir usándolo a diario. La solución para muchos: abandonar el tren y pasarse al autobús, donde sí se puede transportar este vehículo. Es el caso de Rubén Suárez, un compostelano que semanalmente tiene que desplazarse hasta A Coruña por motivos laborales. Para plantar cara a esta “injusticia” y buscar una solución, ha creado junto a otros afectados una asociación autonómica para aglutinar a más personas en la misma situación y plantarle cara a Renfe y a la Administración. “Llegaremos hasta donde haga falta”, advierte.

Hasta antes de que se hiciese efectiva la prohibición de Renfe, Rubén cogía su patinete desde su casa en Santiago de Compostela hasta la estación de tren de la ciudad, donde se subía al tren y, al llegar a A Coruña, retomaba el patinete para desarrollar su vida en la ciudad: trabajo, gimnasio, ocio... “A Coruña es una ciudad muy bien adaptada para el uso de patinetes”, asegura. Pero ahora la estación de tren ya no la pisa. “Esta medida afecta a miles de personas”, asegura. Es por eso que junto a otros amigos afectados ha decidido crear la Asociación de Usuarios de Patinete Eléctrico de Galicia (Aspega). Con ella, buscan crear un altavoz con el que dirigirse a sus interlocutores. “Intentamos contactar con Renfe y por ahora no tuvimos respuesta”, denuncia, para hacer un llamamiento a la Red Nacional de Ferrocarriles Españoles y a las administraciones. “Les vamos a pedir sentarnos y hablar sobre este tema” explica. “El problema solo lo tenemos con Renfe, el patinete eléctrico sí se puede transportar en otros medios como el autobús o incluso el avión. Y no entendemos esta prohibición, no está justificada”, explica.

El consejo de administración de Renfe decidió prohibir el acceso con patinetes eléctricos en todos los trenes, tanto de Cercanías y Regionales como de Media y Alta Velocidad y Larga Distancia, una decisión fundamentada por la situación de peligro generada ante incendios de baterías que se han registrado en algunos transportes públicos. Un argumento que no convence a los usuarios. “He buscado datos de personas heridas por patinetes y no los hay y no se puede tomar una medida así porque haya habido dos casos en los que estallasen, cuando además los patinetes habían sido manipulados”, defiende.

Porque desde la asociación no piden vía libre para el uso de patinetes eléctricos, sino que consideran necesaria una regulación para su uso. “Queda mucho por regular y lo que hay que hacer es controlar y fomentar el buen uso”, argumenta. Desde Aspega ya trabajan en una propuesta de plan de medidas para presentar a la Xunta y a Renfe como alternativa a la prohibición “que ningún usuario entiende”. Sus propuestas pasan por exigir el transporte de los patinetes en el tren dentro de una funda ignífuga o exigir que se precinten las baterías para que no se puedan manipular. “Incluso se podría exigir una licencia mínima, un carnet por puntos o una ITV para patinetes”, proponen desde esta asociación de reciente creación.

“La asociación está todavía en un estado inicial, vamos poco a poco, pero ya estamos recibiendo mensajes de otros usuarios afectados”, asegura Rubén Suárez, que defiende los beneficios del patinete eléctrico frente al coche. “No tengo coche ni lo necesito y los patinetes eléctricos ayudan a sacar coches de las carreteras. Nos piden reducir emisiones de CO2 y después prohiben un patinete que ayuda a conseguir ese objetivo. Parece que es el enemigo público número uno. A todos, como ciudadanos, debería interesarnos que el uso del patinete eléctrico esté regulado”, afirma.

El movimiento en defensa de los Vehículos de Movilidad Personal (VMP) se extiende por toda la geografía española. En ciudades como Madrid y Barcelona los usuarios se concentran para manifestar ante Renfe su rechazo al veto. Una acción que desde Aspega no descartan llevar a cabo. “Tendremos que buscar personas suficientes para convocar una manifestación, aunque en Galicia la población está más dispersa que en ciudades más grandes. Pero si la cosa no funciona, me manifiesto yo solo si hace falta”, advierte Suárez.

Con todo, Aspega confía en alcanzar apoyos y conseguir su objetivo de tumbar la prohibición del transporte del patinete eléctrico en los trenes del Eje Atlántico. “Es cuestión de tiempo que tengan que echarse atrás”, considera el afectado.

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